El atentado de Yemen ,en el que han muerto siete turistas españoles tras estallar un coche bomba conducido por un terrorista suicida, ha vuelto a poner en evidencia que el terrorismo internacional al que nos enfrentamos no entiende de misiones de paz o de guerra, población civil o militar o entre países amigos o enemigos. A la espera de las investigaciones pertinentes, yo no creo que el atentado fuera dirigido hacia un convoy de españoles sino mas bien hacia objetivos occidentales, a causar un baño de sangre y dolor sobre esos "malvados infieles" a los que Al Qaeda quiere eliminar de la faz de la tierra.
Que Yemen es un país de alto riesgo es algo sobradamente conocido, pero en las ultimas semanas la situación se había vuelto aun más complicada después de que el líder de Al Qaeda en la zona dijera que vengarían la detención de varios de sus miembros en este país. Por eso no es de extrañar que el terrorista suicida, que embistió contra dos de los cuatro coches que componían el convoy de turistas, tuviera como objetivo eliminar a occidentales, independientemente de su nacionalidad. De hecho el lugar donde se produjo el atentado es uno de los centros turísticos mas valiosos de Yemen. Antigua capital del reino de Saba es un lugar paradisiaco donde aún se conservan templos de mas de 3000 años de antigüedad, por lo que es muy frecuentado por los turistas europeos y objetivo fácil para organizar una emboscada por una organización terrorista.
Sea como fuere y haya sido o no un ataque premeditado contra España -amenazada directamente en varias ocasiones por el grupo de Bin Laden y tierra soñada para la Reconquista- está claro que nos encontramos ante un nuevo tipo de guerra, que no tiene fronteras, ni tratados de Ginebra, ni campos de batalla predeterminados, ni distinción entre países amigos o enemigos. El terrorismo islamista es la cara visible de un nuevo tipo de guerra cruel, que no quiere ni puede entender lo que aquí llamamos misiones de Paz. Se trata de derrotar al infiel, de eliminar nuestra cultura que para ellos esta contaminada por la democracia y la libertad y da igual hacerlo en EE-UU derribando las torres gemelas, que en el metro de Londres, en los trenes de Madrid, contra las tropas del Líbano o atacando a pacíficos turistas en busca de aventura en Yemen. Lo que esta claro es que frente al terrorismo, sea del tipo que sea, solo se puede actuar con firmeza porque cualquier concesión hecha desde nuestros parámetros culturales ellos la entienden como debilidad. Y ¡claro! si nos ven débiles nos creen vulnerables.
Visto lo visto la famosa Alianza de Civilizaciones no pasa de ser una idea cargada de buenas intenciones ¿quien no quiere un mundo en paz, donde como rezaba el eslogan de los años 60 se haga el amor y no la guerra? pero condenada al fracaso porque desgraciadamente dos no negocian si uno no quiere y el enemigo que tenemos enfrente solo entiende de fanatismo, imposición, dolor y muerte. Desgraciadamente la ambigüedad y la falsa equidistancia ya no sirve y cuanto mas tardemos en darnos cuenta peor.
Si (
No(
