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La espeluznante historia de un iluminado antiizquierdista

domingo 24 de julio de 2011, 14:17h
Repentinamente, Noruega y los noruegos, su capital, Oslo, y la isla de Utoya, han exigido su lugar en el espacio  mundial, por causa del doble atentado que llevó a cabo un individuo cuya razón tratan de desenredar policías, políticos y psiquiatras. Este "caballero templario", como se ha definito el múltiple asesino de tal vez hasta un centenar de personas, se llama Anders Behring Breivik, rubio y probablemente atractivo elemento, de 32 años, y con un perfil ideológico definido por la policía como fundamentalista cristiano, y un ultraderechista que, tras una fachada educada, oocultaba a un delirante y rabioso antiizquierdista y islamófono, a quien gustaba de ataviarse con indumentaria propia de la masonería. Habrá quedado para la historia, antes de entrar en prisión para mucho tiempo, uno un pretendido "redentor" de Noruega y de Europa., cuyos crímenes, según él mismo ha declarado, fueron atroces y necesarios. Atroces, por supuesto. Y del todo innecesarios, y expresivos de su enloquecido ritual. Odiaba al Islam y la izquierda, y soñaba con ser un templario. Y en un largo escrito remitido a Internet, explica que llevaba preparando la matanza desde hacía dos años, aunque era consciente de que esa "hazaña" le convertiría en un monstruo. Anders Behring Breivik ha confesado a la policía noruega  que actuó en solitario en los dos atentados, en Oslo y en la isla de Utoya. El número de víctimas facilitado este domingo por la policía es de 92 muertos (85 de ellos en la isla), 97 heridos y varios desaparecidos.Se cree que hay cuatro o seis jóvenes que pudieran haber perecido en el mar, al tratar de huir del infierno en que se convitió el islote de Utoya. Pese a su confesión, los investigadores siguen manejando la posibilidad de que en la matanza participara alguna persona más. Luego, han tarscendido algunas actitudes expresadas ante sus interrogadores de la policía: "Ha admitido los hechos, tanto la bomba como el tiroteo, pero no admite su responsabilidad penal", ha dicho el jefe en funciones de la Policía de Oslo, Sveinung Sponheim. "Debéis morir, debéis morir todos", dijo a los adolescentes de las Juventudes Socialistas reunidos en Utoya, en un campamento de verano para jóvenes políticos. La Policía aún debe comprobar todo lo que ha declarado el asesino confeso, después de que algunos de los testigos del tiroteo en la isla sostengan que no están seguros de que hubiera uno o más francotiradores.En todo caso, lo preocupante del caso es la visión del mundo de Breivik, que se funda, según su propio testimonio y otros múltiples indicios, en la islamofobia y el racismo. Breivik publicó un manifiesto de 1.500 páginas publicado en Internet. También es autor de un vídeo de 12 minutos, ya retirado del portal YouTube, en el que ilustra la historia de los templarios y denuncia una supuesta invasión de Europa por parte de creyentes musulmanes. La policía de Oslo no ha querido comentar si otro documento, presuntamente escrito por Breivik y titulado 2082, una declaración de independencia europea, fue una de las pruebas encontradas por los agentes durante su registro de la granja del detenido. Hay más pruebas de sus enloquecidas teorías: En el vídeo denuncia una serie de amenazas contra los musulmanes y contra lo que se describe como "élites multiculturalistas de Europa", que se habrían negado a "transferir el poder" a la "revolución conservadora". Así que, amenaza, "la carnicería que se avecina" hará que la II Guerra Mundial "parezca un picnic". Este "caballero templario", como se define,  termina poniendo una fecha para lo que considera que será la "última aportación" escrita: un par de horas antes de que detonara la bomba que destrozó el centro de Oslo. Según parece, el abogado de Breivik, Geir Lippestad, también dio credibilidad a estas publicaciones. Cree saber la policía que Breivik detonó la bomba de Oslo para asesinar conciudadanos y atacar al Gobierno, pero, sobre todo, como maniobra de distracción para ejecutar al mayor número posible de 700 adolescentes convocados a Utoya por el Partido Laborista. Primero les reunió -"acercaros tengo información importante", les dijo- y luego tuvo 90 minutos para recrearse en la matanza. "Este es vuestro último día, os voy a matar a todos, hijos del diablo", gritó. "Los mataba como a perros", contaba temblando Edvard Fornes, de 16 años, uno de los supervivientes de la masacre, acogido junto con otros en el pueblo situado frente a la isla del horror. Describe El País la cara del muchacho al explicar el espanto del que fue testigo, y se corresponde bien con el aparente estado de Noruega. Con los brazos caídos, la mirada hundida, apenas expresaba otra cosa que absoluto pasmo. El chico no vio más que a un pistolero y no le cabe duda de que el tipo que le apuntó con un rifle es el mismo cuya foto ha publicado la policía: Anders Behring Breivik. "Solo que ahora lleva el pelo mucho más corto", comentó. Edvard salvó su vida cruzando a nado los 700 metros que separan Utoya de tierra firme. Tuvo suerte, porque el agua está muy fría y el asesino siguió disparando sobre los muchachos que huían a nado. Fornes no sabe aún cuántos compañeros ha perdido en la tragedia. En cuanto al pistolero, fue detenido el mismo viernes y confesó que había estado en Utoya y que había disparado. Su abogado, Geir Lippestad, declaró en varios medios noruegos, que su cliente creía que sus acciones eran "atroces" pero "necesarias". En cuanto a los motivos que alega, se sabe que mantenía contactos con grupos de ultraderecha noruegos, y que disfrutaba de una licencia de armas para pistolas y rifles automáticos. Se disfrazó con un uniforme de policía para perpetrar la matanza en Utoya. Breivik tiene una pequeña empresa agrícola para la cual se cree que pudo comprar el fertilizante artificial, seiscientos kilos, del que probablemente se sirvió para fabricar la bomba de Oslo y los artefactos que se han encontrado en la isla de Utoya.Cree saberse que la policía lo redujo mediante gases lacrimógenos que lanzó desde el aire, cuando aún disparaba contrra los jóvenes. Otras fuentes indican que él mismo dio por terminada la faena y se entregó voluntariamente a las fuezas del orden. Este domingo se ha desarrollado la misa por las víctimas del espeluzante asesinato. En ella intervino el primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, quien habló de "tragedia nacional" y de algo nunca visto desde la II Guerra Mundial. Se cree que el asesino de Utoya comparte muchos puntos de vista con partidos nazis, como el que vincula al partido Laborista con "el marxismo internaciona". Ahora queda por ver si Breivik contaba con algún cómplice, después de que algunos testigos dijeran haber visto a dos hombres en la isla. Los testimonios de los jóvenes son escalofriantes: Cuando los muchachos huían despavoridos de las balas, el falso policía les gritaba: "Venid a jugar conmigo, no seáis tímidos". Y cuando descubría a alguno escondido, Breivik lo mataba. Fornes contaba cómo encontró a un grupo de chicos parapetados en el campo, "que le suplicaron una y otra vez que les dejara vivir, pero él disparó sobre ellos una y otra vez." La tragedia tardará en olvidarse en Oslo y en Noruega. Prácticamente el asesino ha extinguido a una parte de toda una generación de muchachos. Pero todavía los servicios de rescate siguen buscando cadáveres entre los escombros, y temen que pudiera superarse el centenar de víctimas mortales. Nunca había ocurrido algo parecido en Noruega. Nadie hubiera creçido el viernes por la tarde que se estaba desarrollando un espectacular crimen, y que lo ejecutaba un joven "de buena pinta" y rabioso ultraderechista. - Lea también: La policía noruega detiene a varias personas relacionadas con los atentados Breivik redactó un violento manifiesto que terminó el viernes
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