La intervención de la CAM

El mundo económico español ha cambiado tanto que la intervención de una gran entidad financiera –y la CAM lo es, o mejor dicho, lo era- casi pasa inadvertida o, en todo caso, se asume como algo normal, que no sobresalta a nadie, sea o no experto en finanzas. Nada que ver, por tanto, con lo que había pasado en España en otras épocas: baste recordar la intervención de Rumasa o la de Banesto. La caída de Rumasa tuvo tanta importancia que muchos expertos consideran que fue el episodio que dinamizó el periodismo económico en España, hasta entonces con escasa presencia en la mayoría de los medios de comunicación. La Caja de Ahorros del Mediterráneo, en realidad, no cayó este fin de semana, sino que llevaba varios meses noqueada, sin que ni sus directivos ni el Banco de España supieran qué hacer para levantarla. La primavera marcó su decadencia, cuando rompió con Cajastur, lo que derivó en una primera fuga de fondos, y las pruebas europeas de este mes le dieron la puntilla. Los tests de estrés arrojaron pésimos resultados en el caso de la CAM y sus clientes volvieron a realizar retiradas de sus cuentas a tal ritmo que el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez no tuvo más remedio que nacionalizarla e inyectarle dinero para calmar a los impositores. El desembolso total de la operación asciende a casi 6.000 millones –un billón de las antiguas pesetas-, lo que ya da idea de su nivel de deterioro. Una vez saneada será vendida al mejor postor, pero para eso aún que habrá que hacer antes muchos deberes con dinero de todos. Con la CAM son tres las cajas intervenidas, ya que antes pasaron por situaciones similares la castellano-manchega CCM y la cordobesa Cajasur. Y si reparásemos con calma en las inyecciones del FROB en otras entidades, la lista aumentaría considerablemente, aunque sobre el papel no se trate de intervenciones. Tan inadvertida pasa ahora una intervención que ni siquiera se habla de quien la provocó con su gestión. En esto España también es diferente. - Lea también: Bruselas examinará el plan de rescate de la CAM para autorizarlo