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En medio de una polémica toma de protesta

Ollanta Humala jura como presidente de Perú y promete erradicar exclusión y pobreza en su país

jueves 28 de julio de 2011, 23:38h
Ollanta Humala se ha convertido este jueves en el nuevo presidente de Perú para un período de cinco años y se ha comprometido a acabar con la exclusión y la pobreza en esa nación sudamericana, durante un discurso en el Congreso que se vio empañado por los gritos y las polémicas que estallaron cuando el líder nacionalista juró por la Constitución de 1979 y no por la vigente de 1993. Humala, un militar retirado de 49 años, tomó posesión de su cargo en una sesión solemne de la que estuvo ausente su antecesor, Alán García, quien decidió romper con la tradición y no asistir a la investidura del líder nacionalista para evitar ser abucheado. Pero esto no evitó las controversias que surgieron por la repentina decisión de Humala de salirse del protocolo gubernamental y jurar como jefe de Estado sobre una Carta Magna que no está en vigor desde hace más de 18 años, en un claro desaire a las políticas instauradas por el régimen de Alberto Fujimori (1990-2000). La Constitución de 1993 --que sustituye a la de 1979-- fue redactada por el Congreso Constituyente Democrático después del famoso "autogolpe" con el que Fujimori disolvió el Parlamento, uno de los hechos históricos más polémicos de la historia reciente de Perú. La nueva Carta Magna --vigente todavía-- fue aprobada en 1993 en un referéndum con el 52,24 por ciento de los votos. "Ejerceré fielmente el cargo de Presidente de la República, que me ha confiado la Nación por el periodo presidencial 2011-2016 (...) honrando el espíritu, los principios y los valores de la Constitución de 1979", ha leído Humala. Estas palabras generaron una atmósfera de confusión en el Parlamento por los gritos y aplausos de los legisladores y miembros de la coalición que hoy asumió el poder --liderada por la alianza Gana Perú-- y por las protestas de los congresistas del 'fujimorismo', que no tardaron en levantar la Constitución en vigor y mostrarla a todos los presentes. Los ánimos se caldearon hasta tal punto que el titular del Congreso, Daniel Abugattás, tuvo que exigir orden a todos los presentes, aunque sin mucho éxito porque los vicepresidentes Marisol Espinoza y Omar Chehade también invocaron la Carta Magna de 1979 cuando juraron ante la nación enardeciendo aún más a los 'fujimoristas'. Una vez superado estos incidentes, Humala se dispuso a dar su primer discurso a la nación como presidente de Perú proclamándose "soldado de la República" y "celoso guardián del Estado de Derecho, los principios democráticos y la libertad de expresión", al tiempo que ha decretado "el inicio de una nueva época" y de la "gran transformación". Al igual que durante su campaña, el mensaje del líder nacionalista estuvo enfocado en hablar sobre los graves problemas derivados de la pobreza y la exclusión social en esa nación sudamericana, a pesar del inédito impulso que ha tomado su economía en los últimos años. "Dedicaré mi energía para asentar las bases para que borremos definitivamente de nuestra historia el lacerante rostro de la exclusión y la pobreza, construyendo un Perú para todos", ha prometido frente a jefes de Estado de más de una decena de países. El nuevo mandatario ha garantizado que los cambios serán para favorecer a los más pobres y no trastocarán el exitoso rumbo que ha mantenido la economía peruana. "Tendremos una economía de mercado abierta al mundo y el Estado será el promotor del progreso social", ha asegurado. Humala, un político de izquierdas, es ahora presidente de una de las economías que más prospera en el mundo gracias a las políticas puestas en marcha por sus antecesores, las cuales abrieron la puerta a millonarias inversiones en sectores clave como la minería. El crecimiento medio anual de la economía de Perú es de un siete por ciento con un máximo histórico del diez por ciento en 2008. Los ministros entrantes se han comprometido a trabajar para que este año sea de un mínimo del seis por ciento. Los esfuerzos del nuevo gobierno estarán dirigidos a "los más frágiles" porque "la democracia peruana será plena cuando la justicia y la paz social, la soberanía nacional y la seguridad en nuestras familias constituyan el zócalo de nuestra nación, cuando la igualdad sea patrimonio de todos y la exclusión social desaparezca, aún de los lugares más remotos del país", ha dicho. Asimismo, Humala ha aclarado que su administración cumplirá con los acuerdos comerciales suscritos "con países y bloques amigos", aunque esto no quiere decir que imitará a otros gobiernos. "No habrá calco ni copia, sino creación heroica", ha subrayado. Durante su campaña y después como presidente electo, Humala intentó convencer a los peruanos y a la opinión pública internacional de que su gobierno se alejará de los modelos instaurados por Hugo Chávez en Venezuela y Raúl y Fidel Castro en Cuba y se inclinará más hacia la izquierda que tanto éxito dio a Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil. Humala se ha mostrado a favor de tomar medidas para que no prescriban los delitos de corrupción, uno de los principales retos que han tenido que afrontar los jefes de Estado peruanos en las últimas décadas y una de las principales críticas y preocupaciones de la población. "Defiendo la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción en agravio del Estado y la inhabilitación a perpetuidad contra sus autores o cómplices para evitar el perjuicio futuro de la gestión publica", ha manifestado el nuevo presidente. En este sentido, ha sugerido revocar las penas condicionales en estos casos para que la prisión se cumpla de "manera efectiva" y ha abogado además por eliminar los beneficios penitenciarios para los corruptos, lo que podría interpretarse como una alusión a Fujimori, quien disfruta de ciertas ventajas en la prisión donde cumple una condena de 25 años por delitos de lesa humanidad. Uno de los primeros anuncios ha sido el aumento del 25 por ciento del salario mínimo, comenzando el próximo agosto con incremento del 12,5 por ciento, es decir, 75 soles (19 euros). El sueldo base actualmente es de 600 soles (unos 152 euros). "Los aumentos deberán propiciar un proceso continuo de revalorización del salario básico ligado a la productividad del crecimiento económico", ha enfatizado el militar retirado. También ha anunciado la puesta en marcha de programas sociales como Pensión 65, Cuna Más y Beca 18, como parte de su política de inclusión social. Según Humala, este tipo de estrategias permitirán al gobierno llegar a los más necesitados. "Los adultos mayores, pobres y sin beneficio del Estado recibirán la solidaridad de la nación. Esas personas mayores en pobreza exigen la acción social impostergable (...) Y su implementación será inmediata y progresiva", ha declarado. Así, ha sintetizado su plan de gobierno en "reforma, democracia, libertades, inclusión, redistribución, crecimiento, paz con justicia, seguridad, descentralización, transparencia, soberanía y concertación". Su reto, acabar con exclusión y pobreza Ollanta Humala, un militar retirado de 49 años, se convirtió este jueves en el primer presidente de izquierda de Perú en casi cuatro décadas con el desafío de "acabar con el lacerante rostro de la exclusión y de la pobreza" en un país en donde ésta crece de manera acelerada. Antes, en 1968 el general izquierdista Juan Velasco Alvarado llegó a la presidencia de Perú tras un golpe de Estado y en 1975 fue derrocado. Humala juró en la sede del Congreso ante el presidente del Legislativo, Daniel Abugattás, y frente a una docena de mandatarios extranjeros, la gran mayoría de ellos sudamericanos. "Juro por la patria que ejerceré fielmente el cargo de presidente de la República por el periodo presidencial 2011-2016", dijo el flamante mandatario, quien inmediatamente recibió la banda de parte de Abugattás. Humala señaló además que "defenderé la soberanía nacional, el orden constitucional y la integralidad física y moral de la República, y sus instituciones democráticas, honrando el espíritu, los principios y los valores de la Constitución de 1979". Igualmente indicó que "reconoceré y respetaré la libertad de culto y de expresión y lucharé incansablemente por lograr la inclusión social de todos los peruanos, especialmente de los más pobres". Tras juramentar a sus dos vicepresidentes, Humala inició su discurso a la Nación, señalando que recibía el cargo "con humildad y fervor patriótico". En medio de aplausos y vivas de los congresistas, el nuevo mandatario señaló su compromiso de "acabar con el lacerante rostro de la exclusión y de la pobreza y construyendo un Perú para todos". También se refirió a "una patria inclusiva" como su gran reto, "que asumo ante mis hijos y todos los niños que son el futuro de esta Nación". Igualmente planteó la necesidad de que "la corrupción sea sancionada". Al hablar de la economía señaló que "honraremos los acuerdos comerciales con países amigos", y señaló que Perú mantendrá una "economía de mercado abierta al mundo". Humala es el primer izquierdista en el poder en Perú desde 1975, cuando fue derrocado el general Juan Velasco Alvarado, quien llegó al poder por golpe de Estado en 1968 y se alió con los partidos de izquierda para realizar una reforma agraria y tomar otras medidas redistributivas. El nuevo mandatario reemplaza en el cargo al populista de derecha Alan García, quien no asistió a la ceremonia de posesión para evitar ser abucheado, según manifestó días atrás. García prefirió entregar la banda presidencial un poco más temprano al jefe de la Casa Militar en el patio del Palacio de Gobierno y se retiró a su residencia en el este de Lima. El nuevo mandatario recibe un país de 28 millones de habitantes en pleno boom económico, que creció un 8,8% en 2010 pero que tiene un tercio de su población en la pobreza. Su principal reto será entonces mantener la senda que permita mantener ese crecimiento -apuntalado por una vigorosa actividad minera- y al mismo tiempo ejecutar su plan de inclusión, una agenda pendiente de sus predecesores en un país donde, según la Defensoría del Pueblo, heredará 217 conflictos sociales, de los cuales 139 activos. Como muestra de su compromiso, el primer gabinete ministerial, al que dará posesión un poco más tarde este jueves, mezcla liberales en las áreas económicas y políticos de izquierda en las áreas sociales. Su primer ministro es el acaudalado empresario Salomón Lerner Ghitis, su nuevo ministro de Exteriores es el intelectual de izquierda Rafael Roncagliolo y su ministro de Economía es el liberal ortodoxo Miguel Castillo. Sin experiencia en cargos públicos más allá de algunas asignaciones diplomáticas en Francia y Corea del Sur, Humala se ha constituido en toda una incógnita. Humala se dio a conocer con un intento de golpe de Estado en 2000 contra el gobierno autoritario y corrupto del presidente Alberto Fujimori, por el cual fue amnistiado posteriormente por el presidente Valentín Paniagua. Luego reapareció en la política en 2006 con un discurso radical de izquierda que caló en vastos sectores -especialmente entre los pobres del sur de Perú-, pero su cercanía con el presidente venezolano, Hugo Chávez, ahogó esa primera aspiración a la jefatura del Estado. En 2011 llegó con un mensaje más moderado, declarándose seguidor del modelo del ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, que mezcla una macroeconomía liberal con fuertes componentes sociales. Este discurso moderado prendió en la población y fue el que le dio la victoria, según los analistas.
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