Andalucía, la Numancia de España

La entrevista mantenida el pasado lunes en la sede del PSOE andaluz entre el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente de la Junta de Andalucía y secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán, ha sido crucial para aclarar las diferentes posturas que ambos mantienen sobre el adelanto electoral. Rubalcaba pretendía que Griñán le hiciese el juego y convocara también las elecciones andaluzas para finales de noviembre, a fin de que coincidieran con las generales. Tras hora y media de discusión, no logró convencerle. Y es que, como ya adelanté hace unos días, Griñán será todo lo sumiso que quiera a las directrices de Ferraz, pero no está dispuesto a inmolarse por nadie, y en Andalucía un adelanto electoral supondría toda una debacle para los socialistas en la única comunidad de España -si exceptuamos el País Vasco donde se mantienen gracias al apoyo del PP- en la que aún gobiernan. Griñán ha sopesado los pros y los contras de un adelanto electoral y éstos últimos han pesado mucho más. Son  varias las jugadas que el PSOE andaluz tiene que completar antes de poder acudir a las urnas con unas mínimas garantías. Primero, poner órden en un partido que actualmente es una jaula de grillos con varias provincias en abierta rebeldía contra la Ejecutiva regional (Córdoba, Almería, Jaén y Cádiz) y con graves problemas judiciales en Sevilla y Málaga. Segundo, desactivar los efectos del 22-M, expulsando del Parlamento andaluz a los dieciséis alcaldes del PP para que sus figuras más relevantes como Juan Ignacio Zoido, Teófila Martínez, José Antonio Nieto, Pedro Rodríguez, José Torres Hurtado, Francisco de la Torre o Fernández de Moya, con un indudable tirón en las capitales que gobiernan, no puedan encabezar las candidaturas provinciales a las autonómicas y tengan que "quemarse" en las generales de noviembre. Y tercero, y quizás la jugada más importante, la de cerrar un acuerdo firme con el coordinador general de IULV-CA, Diego Valderas, para garantizarse un necesario apoyo de la coalición de izquierdas que pudiera darle al PSOE la mayoría absoluta y las posibilidades de gobernar. Las tres jugadas ya han empezado a esbozarse, pero su cierre requiere tiempo y, con agosto y las vacaciones por medio, se nos antoja que no podrían estar culminadas antes de finales de este año. Hasta que Griñán no vea claramente alguna posibilidad de victoria no acudirá a las urnas y parece claro que, según indican todas las encuestas, incluída las del propio PSOE andaluz, de momento el PP de Javier Arenas alcanzaría holgadamente la mayoría absoluta. A todo ello hay que añadir que la situación económica de Andalucía, con una tasa cercana al treinta por ciento de desempleo, con diferencia la más alta de España, con una industria casi inexistente y con una agricultura arruinada por la Unión Europea, no es la más idónea para  acudir a las urnas. Si a ello unimos los diversos escándalos de corrupción como el de los EREs fraudulentos de la Junta, cuya investigación por parte de la jueza Mercedes Alaya continúa levantando alfombras en la Consejería de Empleo, el panorama no es muy halagüeño para un Gobierno, el de Pepe Griñán, que parece haber estado en funciones desde que el ex presidente Manuel Chaves fue reclamado por Zapatero. Parece que Griñán ha elegido el "ya escampará" ante la posibilidad de adelantar elecciones conjuntas con las generales. Porque esa es otra. Sería la primera vez en los últimos 22 años que las elecciones andaluzas se celebraran en solitario. Hasta ahora siempre habían coincidido con las generales o con las europeas y ello supondrá un verdadero reto al liderazgo de Pepe Griñán a quien se le acusa de haber sido puesto a dedo por Manuel Chaves y no haber tenido nunca el respaldo de las urnas. Si consiguiera gobernar, aunque fuese en coalición con IULV-CA, sería un importante espaldarazo a su cuestionado poder interno en el PSOE andaluz. Mientras tanto, y dadas las circunstancias, es muy posible que las próximas Navidades, si Rajoy consigue hacerse con el Gobierno, Andalucía sea algo así como la Numancia del PSOE, el único territorio español que. Al menos hasta finales de marzo de 2012, seguirá gobernado por el PSOE. Esperemos que en el tiempo que queda hasta las elecciones autonómicas los andaluces no acabemos como los numantinos, ya saben, como héroes, pero comiéndonos los unos a los otros. Lea también: Andalucía no se unirá al adelanto electoral de Zapatero