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Via Crucis de la JMJ

Madrid vive con el Papa la Semana Santa en pleno agosto

Madrid vive con el Papa la Semana Santa en pleno agosto

viernes 19 de agosto de 2011, 22:07h

Un total de 15 hermandades y cofradías de Semana Santa venidas de toda España han presentado la tarde de este viernes ante el Papa Benedicto XVI y ante jóvenes de todo el mundo la tradición de la imaginería española, en el Via Crucis celebrado en la madrileña Plaza de Cibeles con motivo de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud.

Benedicto XVI ha llegado al altar situado ante el palacio de Cibeles entre una gran ovación para celebrar el Via Crucis, que ha comenzado en torno a las 19:30 horas con una oración del Santo Padre en el que ha destacado que, al mismo tiempo que se contempla la Pasión de Cristo, se presenta el sufrimiento de "tantos hermanos que, como consecuencia del pecado propio y ajeno, transitan por enormes vía crucis con el peligro de perder la fe y la esperanza".    A continuación, jóvenes de los cinco continentes que sufren por alguna causa han portado a hombros la cruz de la JMJ desde Colón hasta Cibeles, deteniéndose en cada estación del Vía Crucis para levantar la cruz frente al paso o trono y leer el texto del Evangelio correspondiente a cada escena, seguido de una meditación realizada por las Hermanas de la Cruz de Sevilla.    Así, jóvenes de Tierra Santa han portado la Cruz hasta la primera estación, chicos de países que sufren persecución por su fe la han trasladado hasta la segunda y jóvenes españoles, hasta la tercera.    Sucesivamente, lo han hecho con el resto de estaciones jóvenes de Irak, de Madrid junto a emigrantes, jóvenes liberados por la droga, marginados, chavales de Albania, de Ruanda y Burundi, peregrinos que sufren precariedad laboral y paro, jóvenes con discapacidad, otros que atienden a enfermos de SIDA y chicos de Sudan.    Finalmente, jóvenes de Haiti, Japón y Lorca (España), países y ciudad que han sufrido terremotos que han causado en su conjunto millones de víctimas mortales, han llevado la Cruz de la Jornada hasta la decimocuarta estación.    Mientras, los jóvenes congregados en Cibeles y en las calles aledañas han permanecido en un respetuoso silencio, excepto en el momento en el que un joven cofrade ha cantado una saeta desde la estación de la Verónica hasta la que representa a Jesús despojado de sus vestiduras, cuando los peregrinos han aplaudido efusivamente. Amor y compasión    Al finalizar el rezo del Vía Crucis, el Papa ha pedido en su discurso a los jóvenes que no pasen de largo ante el sufrimiento humano. "Queridos jóvenes, que el amor de Cristo por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar más cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer", ha subrayado.    Por eso, ha recalcado que "sufrir con el otro, por los otros, sufrir por amor de la verdad y de la justicia; sufrir a causa del amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, son elementos fundamentales de la humanidad, "cuya pérdida destruiría al hombre mismo". La cruz no es un fracaso  Así, Benedicto XVI ha destacado que la cruz no fue el desenlace de un fracaso, sino el modo de expresar la "entrega amorosa que llega hasta la donación más inmensa de la propia vida". Precisamente, el Pontífice ha recordado en su oración final a la Virgen de Regla de Sevilla, traída expresamente para el Via Crucis, que la Cruz "es el camino hacia la gloria y la pasión el preludio de la Resurrección".    Por otra parte, el Papa ha resaltado la contemplación de las "extraordinarias imágenes" del patrimonio religioso de las diócesis españolas. "Son imágenes donde la fe y el arte se armonizan para llegar al corazón del hombre e invitarle a la conversión" ha dicho, al tiempo que ha subrayado que "cuando la mirada de la fe es limpia y auténtica", la belleza se pone a su servicio y es capaz de representar los misterios de la salvación de los hombres hasta conmoverlos profundamente y transformar su corazón". Dios no es alguien distante    Tras preguntarse cómo devolveran los hombres el amor y la entrega de Cristo, el Pontífice ha concluido que la pasión de Cristo impulsa a cargar sobre los hombros el sufrimiento del mundo, "con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre". "Al revés, se hizo uno de nosotros para poder compadecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre" ha añadido.    Tras su discurso, Benedicto XVI ha impartido su bendición a todos los presentes y a sus familias y ha abandonado el altar de la Plaza de Cibeles saludando visiblemente emocionado a los jóvenes, que le han dedicado un afectuoso aplauso y grandes ovaciones. Finalmente, el Pontífice ha pasado en 'papamóvil' por cada estación del Via Crucis para bendecir las imágenes.    Los pasos de la Semana Santa que han presidido este Via Crucis recorrerán esta noche las calles de Madrid hasta la Puerta del Sol, en una especie de 'madrugá' madrileña. Tras su paso por Sol, las cofradías llevarán las imágenes de nuevo a sus lugares de 'acogida' en Madrid, donde han permanecido hasta este viernes.   Lea también: Benedicto XVI y ZP hablan de la hambruna africana | Especial JMJ Blanco: La visita del Papa genera beneficios y "no por cuestión de fe"
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