Peña Nieto garantía de transición democrática y económica para México

Es mucho más superficial que de fondo, el “pleito” que algunos pretenden atizar entre el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa y el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. En esta hora de natural crispación pre electoral, no son extrañas declaraciones partidistas fuertes para efectos mediáticos, pero nada más que eso. Cuando salga del gobierno Peña Nieto, o aun antes, sería positivo que ambos personajes hablaran en privado y aclararan enredos y equívocos inducidos. Baste recordar el inicio de gobierno de Calderón. Uno de sus más importantes apoyos fue no el panismo tradicional, o el delirante perredismo amlista. En el Estado de México y en su gobernador, Peña Nieto, tuvo FCH, invaluable amigo que le permitió al Presidente Calderón, ganar espacios de gobernabilidad y legitimidad, que necesitaba. Más coincidencias que diferencias unen a estos dos políticos mexicanos. Ambos son jóvenes, producto de una nueva generación política que consideran a la libre empresa, a las reformas estructurales y a las políticas públicas de infraestructura para el desarrollo, de salud, educación, desarrollo social -¿o no quiere verse que ambos tienen una agenda muy similar que sólo se tendría que ajustar en el tema de seguridad, y hasta en esto, ni tanto, pues en este caso, es la forma y no el fondo lo que está a discusión?- los ejes rectores de sus gobiernos. Ni a Calderón, que va de salida a poco más de un año de gobierno, ni a Peña Nieto, les conviene enfrascarse en un pleito, que no precisamente a ellos beneficiaría ni en lo político o hasta en lo personal. Ambos tienen poder, los dos jefes del Ejecutivo –uno del Federal, el otro de la entidad más importante del país-, tienen información privilegiada, contactos en el extranjero, los dos son abogados de profesión. Y proceden de familias con prosapia política en cada uno de sus partidos, el PAN y el PRI. Por primera vez desde 1938, empresas privadas participan en la explotación de pozos profundos de PEMEX. Ello ha sido posible hasta este año de gracia del 2011, mes de agosto, luego de lo que algunos llamaron en los 80s la alianza del PRIAN, para sacar adelante reformas constitucionales trascendentes tal fue el fin del Ejido, la renovación de las relaciones con el Estado Vaticano… y ahora que la IP pueda participar en sectores estratégicos de la economía a lo que se oponía cerrilmente el PRD, tal es el petróleo. Las desavenencias entre Calderón y Peña Nieto, surgen del acuerdo que tiene el ex secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont y el ex dirigente del PAN César Nava con legisladores y políticos mexiquenses, para garantizar que no habría mezcla entre “agua y  aceite” en la elección para gobernador del Estado de México 2011. Gómez Mont honró su palabra. Nava se deslindó del asunto y quiso incumplir el acuerdo, que en los hechos no se desmoronó, merced a la buena operación política de los mexiquenses. Pero esa ya es historia. Los signos de la política no son equívocos. Calderón reconoce el valor de Gómez Mont, cuando hace unos días, Fernando Gómez  Mont  departió con Alejandra Sota, la portavoz del presidente Calderón, en el Palm del Presidente Intercontinental. Política es el juego. En el quehacer público, sobremanera en el trabajo político, existen los adversarios, no los enemigos. Es el caso entre Enrique Peña y Felipe Calderón, que no pocos han querido presentar en “pleito”  al grado de que el actual presidente panista “no quiere” que Peña llegue a Los Pinos, lo cual un demócrata como lo es FCH, sabe perfectamente que las definiciones en materia electoral, es el pueblo quien con sus sufragios decide en las urnas. Por ello, la importancia del diálogo, entre Enrique Peña Nieto y el presidente FCH, pues el mexiquense es quien le garantizaría desde el PRI, una transición adecuada a México.   e-mail: [email protected] e-mail: [email protected]