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Investigadores estudian polvo de superficie de un asteroide

Investigadores estudian polvo de superficie de un asteroide

viernes 26 de agosto de 2011, 00:43h
Los investigadores han analizado por primera vez en la historia el polvo de la superficie de un asteroide que han podido comparar con el material recogido en la Luna y los meteoritos caídos en la Tierra, para continuar con el estudio de los orígenes del Sistema Solar. La revista Science publica esta semana un especial con datos preliminares de seis estudios que están en marcha sobre el análisis del material recogido y traído de vuelta a la Tierra el pasado año por la sonda japonesa Hayabusa. La nave no tripulada, cuyo nombre en japonés significa "halcón peregrino", fue lanzada en 2003 rumbo al asteroide Itokawa, descubierto por científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE.UU.) en 1998 y que recibió su nombre en honor a Hideo Itokawa, el pionero de la investigación espacial japonesa. En 2005, aterrizó en la superficie de Itokawa catalogado como asteroide de tipo S por su composición silicosa, para tomar muestras. Hayabusa regresó a la Tierra en 2010 y desde entonces equipos de investigadores de todo el mundo han estado analizando su contenido, cuyos primeros resultados comienzan a ver la luz, desde la relación con los meteoritos caídos en la tierra o los diferentes elementos a los que ha estado expuesto en el espacio. El grupo del profesor Tomoki Nakamura de la Universidad de Tohoku en Senadi usando una combinación de potentes microscopios y técnicas de difracción con rayos X determinó que podría estar formado de pequeños fragmentos de un asteroide mucho más grande. Los investigadores descubrieron que las partículas recuperadas han estado expuestas durante un largo periodo de tiempo a unos 800 grados centígrados. Pero para alcanzar esta temperatura un asteroide tendría que tener unos 20 kilómetros de diámetro y actualmente Itokawa es mucho menor, por eso "tuvo que estar formado como un cuerpo mayor y luego haber sido roto por un impacto que le haya dejado en su actual forma", explica Nakamura. Los asteroides son considerados los "restos" que quedaron tras la formación del Sistema Solar, por eso los científicos subrayan que su estudio es fundamental para entender nuestros orígenes, ya que albergan el material más antiguo del que se pueden extraer datos. Por su parte, el profesor Misuru Ebihara de la Universidad Metropolitana de Tokio, junto con investigadores de Australia y EE.UU., abrieron los pequeños granos para analizar su composición mineral. Los primeros resultados de Ebihara indican que los granos de polvo han conservado un "récord" de elementos primitivos de la era temprana del Sistema Solar, que ahora compararán con decenas de miles de meteoritos que han caído a la Tierra. Otro de los equipos, liderado por Akira Tsuchiyama, de la Universidad de Osaka en Toyonaka, en el que participaron científicos de la NASA, analizaron las estructuras tridimensionales de las partículas de polvo de Itokawa que compararon con las que se recogieron de la superficie lunar en la misión Apolo y descubrieron que el asteroide no ha sufrido tantos cambios químicos como la Luna. "Lo bueno sobre el análisis de Itokawa es la gran cantidad de datos que podemos conseguir de una muestra tan pequeña", señala Michael Zolensky, del centro espacial Johnson de la NASA, que señaló que mientras los investigadores necesitaron kilos de regolito para los análisis de la Luna en estos últimos 40 años se han desarrollado tecnologías que permiten analizar partículas muy pequeñas. Según los investigadores la superficie del asteroide ha sido erosionada por el impacto con otros asteroides, mientras que la Luna ha estado más expuesta a los vientos solares y a la erosión del propio espacio. "Hemos obtenidos toda esta información de Itokawa con sólo unos nanogramos de polvo del asteroide", indicó Zolensky, que asegura que esta muestra "puede ser la Piedra Rosetta para los astrónomos". En cuanto al tiempo que ha estado expuesto al espacio, el profesor Keisuke Nagao de la Universidad de Ibaraki y sus colegas estimaron casi ocho millones de años. Asimismo establecieron un vínculo directo entre los isótopos de oxígeno hallados en las condritas de los meteoritos encontrados en la Tierra, la mayoría procedentes de asteroides tipo S, como éste. Un asteroide podría ser el siguiente destino del hombre en el espacio. La NASA ha anunciado su interés en volver a retomar la exploración espacial más allá de la Órbita Terreste Baja, que también incluiría un viaje a Marte para el año 2030.
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