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Fiebre del miércoles a la noche

Fiebre del miércoles a la noche

Con el fino propósito de conmemorar los dos años de la promulgación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el programa “A dos voces”, de TN, sagazmente conducido por Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano, convocó a una mesa redonda integrada por dos hombres y dos mujeres. Los hombres: Tomás Abraham, filósofo, y Jorge Lanata, periodista, corresponsal de guerra, escritor de un libro de cuentos y de una novela, director de documentales cinematográficos y comentador político en un espectáculo de revista del Teatro Maipo. Las mujeres: María Pía López, socióloga, y Florencia Saintout, decana de la facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata. El tema a discutir: Medios y Poder Político. En base a ello, ofrecieron como plato previo, exquisito entremés y agudo disparador para la discusión, un documental filmado por José Valez. Testimonio objetivo, nada sesgado, que reveló la verdadera personalidad del presidente de Ecuador. Hasta minutos antes de ese documental, Rafael Correa se mostraba ante el mundo como un político tolerante, reflexivo, democrático. Gracias a la sucesión de imágenes, agudamente ensambladas, que ofrece Valez, es posible descubrir la verdadera personalidad de Correa: un individuo gritón, exaltado, crispado, similar a Hugo Chaves, quien también trabaja en la película. Como actor invitado contrataron a Antonio Pasquali, un reputado pensador, que dice ser de izquierda, quien sostuvo que el gobierno de Chaves se propone debilitar al sector privado, fortalecer al sector público e impulsar la creación de medios alternativos de comunicación. Como se advierte, típicas normativas del pensamiento de derecha. Luego de la película vino el número vivo. Marcelo Bonelli, autoproclamado periodista militante de la verdad, destacó las similitudes que había entre la prensa dominada por Correa y la dominada por Chaves y quiso saber si los medios argentinos corrían peligro de sufrir las terribles desgracias que padecen los ecuatorianos y venezolanos. Lanata logró estremecer al público cuando anunció que, efectivamente, el Estado está copando a la prensa en todas sus categorías y señaló que ya hay más de 19 medios privados adictos al gobierno. Para que no queden dudas comenzó a enumerarlos: Página 12, Tiempo Argentino, Canal 9, Telefé, y ahí detuvo su inventario, seguramente los otros quince medios los revelará en próximos programas. Cuando le tocó el turno a Tomás Abraham, en primer lugar se quejó porque el gobierno no invita a viajar por el mundo, de congreso en congreso, a los artistas e intelectuales opositores. Abraham evitó dar ejemplos. Tal vez porque basta con echar un vistazo a los invitados en la anterior Feria de Frankfurt para advertir que el 70% de ellos no adhieren al actual gobierno y no tienen mayor simpatía por la presidenta. Pudimos ver en Tomás Abraham la nefasta influencia que pueden ejercer individuos destemplados como el presidente Correa. Nuestro filósofo sereno, sosegado, reposado, de pronto se echó a gritar, advirtiendo que estábamos viviendo bajo un verdadero fascismo. Es bueno contar con un pensador de ese temple que sepa descubrir lo que el resto de la población se niega a ver. María Pía López y Florencia Saintout trataron de mostrarse comprensibles y educadas: en medio de tanto griterío intentaron, con poca fortuna, arrimar algún concepto. Tal vez en ese momento comprendieron que estaban en el sitio equivocado, a la hora equivocada. “A dos voces” no es un lugar para debatir ideas, nunca lo fue. En el bloque siguiente iba a estar Patricia Bullrich, pero apagamos el televisor: dos películas de terror en una misma noche es demasiado