Buena la está liando el embajador de la Representación Española en el Vaticano, Francisco Vázquez, que se ha negado a negociar con los trabajadores de la representación diplomática. El conflicto ha traspasado ya fronteras y ha tomado cartas en el asunto la Federación de Servicios Públicos (FSP) de UGT del Exterior.
Parece ser que la conflictividad llegó con el ex alcalde de A Coruña, provocando, según medios sindicales, fuertes tensiones por su falta de disposición para el diálogo y por su falta de interés por el funcionamiento interno de la representación española, en la que se habrían visto mermados los derechos laborales.
Las reivindicaciones de los trabajadores se refieren, principalmente, a temas de organización y distribución interna del trabajo, así como a la concesión de permisos y licencias en tiempo y forma. Además, la reasignación de la jefatura de personal de la Representación a una canciller, a la cual los dos anteriores embajadores habían retirado la dirección de Recursos Humanos, ha incrementado la conflictividad y el malestar entre estos empleados públicos.