Nuevo récord de gasto en fichajes

Los clubes españoles han tocado techo en cuanto a su gasto en fichajes. Si Florentino Pérez, en 2000, rompió el mercado con Figo y obligó al resto de clubes a pujar por precios muy superiores al valor real de muchos futbolistas hasta alcanzar entre todos los de Primera los 400 millones que eran un récord, ahora se ha superado y en demasía. Escribíamos la semana pasada que los clubes estaban tirando la casa por la ventana con una desmesura excesiva a todas luces.

Pues bien o, mejor escrito, mal: desde entonces la cifra se ha disparado y ya alcanza los 450 millones, récord absoluto no sólo en nuestro país, sino en todos los de nuestro entorno, que en eso sí somos los más listos y la primera potencia mundial en tal aspecto, por encima de naciones que nos superan en cuestiones de mayor fundamento, cual Francia, Reino Unido, Alemania e Italia.

Tal desproporcionado aumento se debe a que la voracidad, y la vorágine, derrochadora de los vanidosos mandamases futboleros sigue y sigue y sigue… Y a los nombres ya ‘antiguos’ -o sea, fichados hace pocas semanas o días- como Henry, Milito, Forlán, Simao, Pepe, Saviola etc. se han unido en tan sólo siete fechas más otros de penúltima hora –no escribo última porque el plazo para la compra de jugadores se cierra el 31 de agosto- como los nuevos madridistas Snejider y Drenthe, que han costado 40 millones, y el exracinguista y ahora ‘che’ Zigic, por el que ha pagado el Valencia otros 10.

Y, ojo, que puede faltar la ‘bomba’ de sevillista –ya por pocas horas- Alves, que parecía ir al Chelsea por 35 millones y en cuya puja se ha metido ahora de nuevo el Real Madrid.  Pero no sólo él, que el mercado está que arde y algún que otro profesional del balompié, con sonoros apellidos, nombre o apodo, recalará en nuestra Liga aún antes del tope del próximo día 31.

En definitiva, que este año no sólo la casa, los clubes están tirando todo el edificio por la ventana con unas cifras que en cualquier otra sociedad anónima –la fórmula de todos los clubes de Primera a excepción de Madrid, Barcelona y Athletic, no por ello menos endeudados- les llevaría a la quiebra. Pero qué político local, regional o nacional  se atrevería a denunciarlo, a perder miles y miles de votos. Pues eso, ahí está la clave. Ojalá al menos tanto gasto sirva en lo deportivo y además de la UEFA, ganada por el Sevilla las dos úitimas campañas, amarremos también la Liga de Campeones. Y, sobre todo, ojalá  que haya espectáculo y goles. Aunque sean tan caros.