Un descenso más que insuficiente

Un total de 580 personas perdieron la vida en su puesto de trabajo entre enero y junio. Mucha gente. El descenso del 13% se presenta casi anecdótico ante la brutalidad de esta cifra.

El Gobierno ha tomado varias iniciativas en esta legislatura para tratar de reducir este dato, como la publicación de listas con la clasificación de las empresas con mayor número de siniestros o la aprobación de varias leyes para luchas contra este enorme problema. Pero no es suficiente.

Hace falta una solución que parta de la raiz del problema: las condiciones de trabajo en algunos sectores. La concienciación, tanto del empresario como del trabajador, debe ser una de las claves para reducir 'de verdad' la siniestralidad laboral.

En muchas ocasiones es el empresario el que no pone los medios de seguridad necesarios para evitar accidentes (en este aspecto tiene especial relevancia las cadenas de subcontratación en sectores como la construcción), pero, en muchos otros, es el propio trabajador el que no toma la precaución necesaria y adopta las medidas de seguridad óptimas para evitar los accidentes.

En una cifra como 580, un descenso del 13% puede ser algo coyuntural. Para lograr que realmente la evolución de los muertos en el tajo vaya en picado es necesario una reforma estructural y una verdadera apuesta por parte del Gobierno, similar a la lucha contra los accidentes de tráfico.