El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, entregó en la ciudad de Ica una donación de los obispos de Italia de un millón de euros (unos 1,35 millones de dólares) para atender a los damnificados del sismo que dejó más de 500 muertos y centenares de heridos. Bertone llegó en avioneta a Ica para dar consuelo a sus pobladores, en compañía del cardenal Juan Luis Cipriani, el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Miguel Cabrejos, y otras autoridades eclesiásticas.
El enviado del Papa Benedicto XVI visitó las calles de Ica que todavía muestran los efectos del fuerte terremoto que azotó al país en 15 de agosto pasado, sobre todo en el santuario del Señor de Luren, cuya torre principal se cayó a raíz del sismo.
En esa urbe, Bertone participó en una concurrida misa y entregó también una donación, en un sobre cerrado, para la reconstrucción del santuario, ubicado en pleno centro de Ica.
"Pisco no ha perdido la sonrisa de los niños, la esperanza de Pisco son los niños, (a ellos) yo les entrego un beso del Papa Benedicto XVI", dijo el prelado desde el albergue del Sagrado Corazón de Pisco, donde se albergan unos mil pobladores.
Previamente, aseguró que la fe en Dios de los peruanos se mantiene intacta a pesar del devastador terremoto.
Fue al presidir un acto litúrgico en la Plaza de Armas de Pisco a donde llegó con un mensaje especial de su santidad Benedicto XVI para los ciudadanos que fueron afectados por el movimiento telúrico.
"Hago llegar el mensaje de solidaridad del Papa y su ayuda espiritual y material a los damnificados. He visto a la gente damnificada de Ica que se alienta en la fe grande hacia el Señor Luren en medio de la adversidad", indicó.
El dignatario también destacó la ayuda internacional brindada a los damnificados y señaló que eso demuestra que hay unidad mundial.
"Esa misma unidad debe prevalecer entre los peruanos", subrayó.
La imagen del Señor de Luren salió en procesión para retribuir la visita y fue recibida con sentidas muestras de emoción por los feligreses, algunos de los cuales llegaron desde los lugares más devastados para agradecer a Dios por estar con vida.
Según las cifras oficiales, el sismo dejó 1.090 heridos, más de 43.000 familias damnificadas que perdieron sus casas, además de 10 iglesias dañadas.
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