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Hoy lunes, toca muerte

jueves 06 de septiembre de 2007, 14:33h

Un muerto cada dos días. Así va el balance de la siniestralidad laboral y parece que estamos dispuestos a batir el record de 2002. Nada menos que 109 fallecidos desde el 1 de enero o puede que cuando esté leyendo esta columna sean 110 ó 111 o incluso 112. dependiendo del día en que lo haga. ¿Por qué se produce esto? Las causas son varias y algunas las ha apuntado Javier López, secretario general de Comisiones Obreras en Madrid, en una columna en este mismo periodico: paralización del Plan Dirrector de Prevención de Riesgos Laborales lo que ha frenado la inspección de los sindicatos y abuso de la subcontración y temporalidad.

A estas causas hay que sumar otras que considero muy importantes. Por un lado no se realizan suficientes inspecciones por parte de los responsables regionales y, por otra, no se ha conseguido una concienciación entre los trabajadores mediante campañas informativas de choque sobre el peligro que tienen determinados puestos de trabajo lo que, de conseguirse, provocaría la reclamación de los trabajadores a sus jefes de los medios adecuados y la asunción por parte de los empleados de que es necesario utilizar los medios de que se disponen.

Porque, contra lo que muchos dicen, no es verdad que los trabadores no se atrevan a exigir medidas de seguridad por temor a represalias. Muchos trabajadores, incluidos los más cualificados y por tanto los más valorados por sus jefes, se juegan el cuello a diario bien porque la empresa no dispone de medidas preventivas bien porque, aún teniéndolas, no las utilizan.

¿Cuántas veces hemos visto a personas que cambian ventanas, ponen toldos, instalan antenas o se ocupan de reparar una fachada sin cinturones de seguridad, sin arneses, sin redes. ¿Cuántas veces un particular que ha encargado la realización de estos trabajos ha preguntado a los trabajadores si no se ponían nada para trabajar más seguros y han recibido palabras tranquilizadoras como "no hace falta", "si nos ponemos los arneses tenemos menos movilidad" o "esto es cosa de unos minutos". Por lo general, los particulares se encogen de hombros ante la posibilidad de que si impide a los trabajadores seguir el arreglo éste se demore sine die.

Pero no estamos hablando de fruslerías. La muerte , de momento, de 109 personas nos afecta a todos. Antes, cuando la Policía Municipal dirigía el tráfico, los agentes miraban también hacia arriba y cuando detectaban una obra o veían a alguien jugándose el tipo intervenían para pedir licencias de obras, para interesarse por lo que se estaba haciendo o para llamar la atención del trabajador irresponsable. Es un ejemplo.

En estas condiciones, si ,como dicen los sindicatos, las obras no son inspeccionadas y las miles de pequeñas chapuzas se realizan con personal poco preparado y mal equipado no sé cómo nos  podemos extrañar de lo que ocurre.  ¿Cuántos muertos más se necesitan para que TODOS, cada uno en su ámbito, pongamos todo lo que esté de nuestra parte para acabar con esta situación?

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