El factor humano

   Mariano Rajoy, al igual que el resto de los líderes políticos, está inmerso en la campaña electoral. De manera que los estrategas del PP idean 'actos' públicos para que aparezca su jefe. Que si Rajoy se reúne con su Consejo Asesor y va poniendo las bases del programa electoral, que si convocará una convención a mayor gloria suya, que si actos y mítines los fines de semana, en fin lo de siempre.

   Lo que sí parece confirmarse es que Rodrigo Rato al final no acompañará a Rajoy en esta aventura electoral. En realidad, quienes conocen a ambos aseguran que esta posibilidad nunca estuvo en la agenda ni del uno ni del otro. Y dicen más, dicen que no se soportan.

Que Rodrigo Rato y Mariano Rajoy no son precisamente amigos. Lo saben bien en el PP, cuando ambos estaban en el Gobierno, Rajoy siempre fue complaciente con las ocurrencias de Aznar, fueran estas las que fueran, mientras Rato no tenía empacho de discrepar, aunque luego aceptara disciplinadamente lo que Aznar decidía.

   Rato no fue elegido sucesor sencillamente porque Aznar sabía que a Rato no le podría mangonear, y que además no sería un fiel seguidor de su política, puesto que tiene ideas propias. Además, las gentes del PP han contado hasta la saciedad que Rato mantuvo en su día que lo de meter a España en la guerra contra Irak era un error, y eso Aznar nunca se lo perdonó.

   El caso es que estos años en que Rato ha estado en el Fondo Monetario Internacional sus relaciones con Rajoy han sido cuasi inexistentes. Ni el uno ni el otro tenían nada que decirse. Rato no va a compartir la suerte de Rajoy, ni Rajoy quiere que Rato le eche ninguna mano. Se sienten incómodos el uno con el otro, por más que hagan esfuerzos para disimularlo en público, pero ya digo que no hay como hablar con alguna persona cercana a Rato o a Rajoy para darse cuenta de que la alianza entre ambos les incomoda por igual y por eso prefieren dejarla para mejor ocasión.

   Sin duda, Rodrigo Rato es un político que puede aportar mucho a Mariano Rajoy y que si éste le llevara de número dos probablemente a Rajoy le iría mejor. Pero en la política, como en otros órdenes de la vida cotidiana, el factor humano es determinante, y, a lo que cuentan los propios populares, la razón última de que Rato no vaya en las listas de Rajoy es porque no se soportan. Otra cosa es que ambos hagan el 'paripé' en público, e incluso que digan que les une el ser compañeros de partido, o que Rajoy en el último momento le pida a Rato que se haga la foto con él para hacer un guiño al electorado. Ya digo, la realidad es que no se soportan el uno al otro. Bien pensado es natural.