La investigación policial sobre la muerte de Diana de Gales, que ha durado tres años, ha concluido que la muerte de la princesa y su compañero, el empresario Dodi al Fayed, en un accidente de tráfico en París se produjo de forma accidental, y no hay motivos para creer que se trató de un asesinato, y confirma que no estaba embarazada en el momento de producirse.
Asimismo el informe establece que son infundadas las acusaciones de una supuesta participación de la familia real británica en el fallecimiento, según han informado fuentes policiales.
La pesquisa también determinó que la princesa no estaba embarazada en el momento de su muerte en 1997 y manifiesta que su fallecimiento fue un accidente. Además, confirma que el conductor del vehículo conducía en el momento del choque a más del doble de la velocidad permitida.
En esta investigación han participado 15 policías y ha costado varios millones de libras esterlinas. En ella se ha utilizado la más moderna tecnología para reconstruir en tres dimensiones la escena del choque ocurrido bajo en puente en la capital francesa y se ha examinado en detalle los restos del Mercedes en el que viajaban.
Los responsables de la investigación han entrevistado a centenares de testigos y Stevens viajó a París para ver el lugar del choque. Además entrevistó al que fuera esposo de Diana, el principe Carlos. No obstante, Mohammed Al Fayed ha denunciado a través de sus abogados que nunca se incluyera en la investigación británica a 18 testigos clave que hablaron en la investigacion francesa.
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