Según el PP, la Ley es “un torpedo en la línea de flotación”

El portavoz popular recordó que, en nuestra Democracia, bajo distintos gobiernos y mayorías, se han tomado numerosas iniciativas y se han adoptado numerosas medidas a favor de las víctimas de la guerra civil y la dictadura. En este punto, defendió que para ampliar, mejorar o complementar los derechos económicos de algunas víctimas no era necesaria esta ley.

“Para ese objetivo, que el Grupo Popular comparte, no era necesario un proyecto de esta envergadura ni este lío que ha organizado el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero”, aseveró Atencia, que recordó, además, que si tan urgentes y necesarias eran se podía haber utilizado el mismo procedimiento que ha usado el Gobierno del PSOE para compensar a UGT, el Real Decreto.

No usar políticamente el pasado

Resaltó que este Proyecto de ley traiciona el acuerdo de noviembre de 2002 que daba por concluidas las iniciativas que tenían que ver con esta parte lamentable de nuestra historia, a la par que reiteraba la renuncia a cualquier uso político de la misma.

Explicó, además, lo irrelevante jurídicamente de la norma, porque introduce derechos ficticios sin contenido alguno como el denominado “derecho a la memoria personal y familiar”, algo que no se encuentra en el derecho comparado y para cuya declaración no intervienen los jueces.

Argumentó, también, que se está disfrazando de iniciativa de concordia “lo que en realidad no es sino un paso más en la estrategia de ruptura del gran pacto de convivencia entre los españoles que fue la transición y la Constitución”.

“Pero, además, sus fines son contradictorios en sí mismos. Busca nominalmente suprimir división, pero la propia existencia de la ley significa un factor de división y de enfrentamiento. Habla de reconciliación y de concordia, pero eso no tiene que ver con remover el barro”, agregó.

Las heridas se cerraron en la Transición

Atencia hizo hincapié en que las heridas del pasado quedaron definitivamente cerradas con la Transición, la reconciliación nacional y la Constitución de la concordia. Subrayó, en esta línea, que la mejor memoria que tenemos todos los españoles es precisamente la Transición, “que cerró una larga historia de división y además cerró y cicatrizó las heridas de la guerra civil y del franquismo” y que la mejor memoria “ha sido y sigue siendo la Constitución, que encarnó el abrazo de todos y para todos”.

Reprochó a Rodríguez Zapatero que haya roto el pacto que se alcanzó en la Comisión Constitucional en 2002, de traicionar la posición del PSOE durante 25 años y de traicionarse así mismo, ya que en 1999, durante un debate sobre unas medidas a favor de los militares de la República, calificó dicha iniciativa como último paso, último fleco, último resquicio y punto final en el proceso de restitución moral de las víctimas de un bando de la guerra civil. Recordó, además, que el PSOE no lleva esta iniciativa en su programa electoral.

Atencia manifestó que lo que se quiere hacer con esta ley es revisar nuestra historia. “En vez de asumirla en su integridad, como se hizo en la Transición, se quiere imponer una verdad oficial. La mal llamada memoria histórica no es más que el intento partidista de utilizar la historia. Se trata de utilizar el pasado como arma política, estableciendo una falsa y maniquea, a la par que irresponsable, división entre los españoles”, agregó.

“Ante el dilema de anclar la democracia en la guerra y la II República o anclarla en la transición, apostamos desde el Grupo Popular sin ninguna reserva por la transición y la Constitución. Nosotros, preservando ese espíritu, queremos seguir apostando por la concordia, y esa no se estimula recuperando memorias parciales y revanchistas, Rompiendo acuerdos y apoyando procesos revisionistas”, concluyó.

Lectura de la Ley de amnistía

Cuando concluyó el debate, el Grupo Parlamentario Popular ha solicitado que se leyera el Real Decreto Ley 10/76 de 30 de julio de Amnistía, así como el primero de los artículos de este Real Decreto, y los dos primeros artículos de la Ley de Amnistía, para demostrar lo innecesario de la Ley de Memoria Histórica, porque todos los actos políticos realizados durante el franquismo o contrarios a ese régimen quedaron borrados como delitos gracias a esta ley, lo que supuso una restitución moral a todas las víctimas de la Guerra Civil y de la Dictadura.

Precisamente, el Preámbulo del Real Decreto comienza diciendo que “la Corona simboliza la voluntad de vivir juntos todos los pueblos e individuos que integran la indisoluble comunidad nacional española. Por ello, es una de sus principales misiones promover la reconciliación de todos los miembros de la nación, culminando así las diversas medidas legislativas que ya, a partir de la década de los cuarenta, han tendido a superar las diferencias entre los españoles”.

Señala también que “al dirigirse España en una plena normalidad democrática, ha llegado el momento de ultimar este proceso con el olvido de cualquier legado discriminatorio del pasado en la plena convivencia fraterna de los españoles”.