Se enfada justificadamente el insurrecto Ibarretxe, en este caso con lo que un dirigente del PNV califica de hipócrita rasgado de vestiduras del presidente ante el anuncio -para 2008, año electoral y en pleno “revival” de ETA- del referéndum llamado a escenificar el “derecho de los vascos a decidir” la autodeterminación de Euskadi.
O no tan injustificadamente, si es cierto, como afirma Ibarretxe, que se lo había informado previamente a Rodríguez Zapatero en un encuentro discreto, de esos que tanto le gustan al presidente y que, según ETA, ya practicaba, entonces por personas delegadas pero debidamente autorizadas, cuando aún estaba en la oposición y decía apoyar al gobierno del PP en la política antiterrorista.
¿Hubo acaso un problema semántico entre Ibarretxe y Zapatero en ese encuentro “discreto”? Mesiánico y urgido como es el actual lehendakari ¿no entendió que la convocatoria podría ser cursada, y que la fecha estaba bien, pero que no se podía anunciar antes de las elecciones generales de marzo? ¿O tuvo un ataque de celos por los elogios dispensados a Imaz y decidió dejar claro quién controla el reductor que regula el paso del combustible a la hoguera?