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OPINIÓN/Víctor Gijón

La piel suave del PP

La piel suave del PP

jueves 04 de octubre de 2007, 10:01h
Mucho me temo que el humorístico video de las Juventudes Socialistas, con el estereotipo de joven pijo, facha y del PP, terminará siendo objeto de encendida polémica. Espero, no obstante, que no llegue al Congreso de los Diputados. Y no porque me parezca asunto de menor cuantía, que lo es, sino porque me temo que si somete a debate de sus señorías a lo mejor a alguien se le ocurre pedir perdón a los pijos, a los fachas y a los del PP.
Y es que a la piel suave, casi de culo de bebe, de un PP que se ofende porque se les diga que obran de “mala fe” mientras llaman cómplice de los asesinos al presidente del Gobierno, se unen algunos presidentes de Parlamentos que a fuerza de pretender ser ecuánimes e institucionales devienen en cooperadores necesarios de los provocadores.

Un ejemplo de ayer mismo, protagonizado por Manuel Marín, presidente del Congreso de los Diputados, que retiró del diario de sesiones la “mala fe” que el ministro Caldera veía en determinadas actitudes del PP. Y lo hizo porque se lo pidió, con los gestos y actitudes intolerables que caracterizan a ese payaso parlamentario que es Martínez Pujalte.

Y este lunes el presidente del Parlamento de Cantabria, Miguel Ángel Palacio, se mostró excesivamente benevolente con Francisco, Quico, Rodríguez Argüeso, nuestro particular parlamentario bravucón y maleducado. Quico Rodríguez respondió de malas maneras al presidente y puso en duda su ecuanimidad, demostrada con creces ante él mismo y en otro muchos momentos de la actividad parlamentaria.

Tan fuera de lugar fue la actitud arrogante y chulesca del portavoz popular que el líder regional del PP, Ignacio Diego, aprovechó una intervención posterior en la tribuna para agradecer al presidente Palacio la forma en que dirige los debates. Una semana antes el mismo Palacio negó la palabra al portavoz socialista, su compañero de partido, Martín Berriolope, citado por un diputado del PP, algo que nunca ha sucedido ni es esta ni en la anterior legislatura con un parlamentario conservador. Y es que, en ocasiones, los deseos de imparcialidad terminan convirtiéndose en parcialidad para no ser acusado de parcial. ¿Me siguen?
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