Perspectivas electorales propias y ajenas

Para empezar, la sorpresa que ha proporcionado el ex president de la Generalitat, Jordi Pujol, al confesar que no confía en la posibilidad de que CiU consiga ser la tercera fuerza política tras las elecciones del 20-N: "Me sorprendería y creo que no será", según refiere La Vanguardia. Para Pujol, los resultados de CiU serán mejores ("subiremos sensiblemente"), pero no como para situarse como tercer partido en la cámara de diputados. Pero "lo más importante de todo, añade, es que el catalanismo obtiene una votación importante, haya o no mayoría absoluta del PP, porque si no es así, querrá decir que Cataluña no será tenida en cuenta", dice. El ex president considera que "CiU tiene que intentar ser la primera fuerza política", pero si no es así, ha de mantener su capacidad de influencia para que el partido mayoritario "nos tenga en cuenta". "No podemos decir si habrá o no mayoría absoluta del PP pero que lo importante es que Cataluña será tenida en cuenta" y eso sólo lo puede avalar un buen resultado electoral. El ex president ha disculpado las dificultades con que se encuentra su partido en las elecciones generales, un proceso en el que se acentúa la bipolarización política de PP y PSOE y provoca que a CiU le sea más difícil aflorar. En cualquier caso, Pujol ha asegurado que el soberanismo de CiU es totalmente compatible con estas pretensiones en el escenario político español porque "CiU ha hecho, hace y hará una interpretación positiva para que el Estado vaya bien". Cabe recordar que en la encuesta electoral que hace unos días proporcionó La Vanguardia, CiU aparecía como tercera fuerza catalana, tras el PSC y el PP...

De otro lado, siguen los cálculos sobre los eventuales datos que arrojarán las urnas del 20-N. Fuentes del PP que cita la agencia Efe sobre estimación de voto, sitúan la victoria del 20-N en unos números parecidos a los de Felipe González en 1986. La ventaja de 10 puntos que el PP sacaría al PSOE en Andalucía y el empate con CiU que los estrategas populares anticipan en Cataluña, según estos cálculos, se vislumbran como las claves de la posible mayoría absoluta de Mariano Rajoy. Una mayoría absoluta que las fuentes del PP consultadas cifran en el 44 ó 45% de los votos, una horquilla similar a la de González en 1986 y a la de José María Aznar en 2000, cuando ambos consiguieron registros similares. Sin embargo, las fuentes del comité de estrategia electoral del Partido Popular prefieren hablar de 183 ó de 184 escaños como el referente más atinado. Elevar las previsiones a más de 190, como auguran algunas encuestas, resulta algo inusual en la sede de la formación. "Es mejor ser prudentes, aunque no podemos descartar llegar a los 200 escaños que logró Felipe en 1982 porque las encuestas dan ahora al PSOE un resultado muy pobre", resume un alto cargo del partido. En la sede del PP dan más crédito a un hipotético batacazo del PSOE que a un éxito sin precedentes en el centro-derecha español.  Sobre los números que arrojan las encuestas de periódicos, canales de televisión o de emisoras de radio, el PP no quiere hacer extrapolaciones, porque, como argumenta un dirigente, esa tarea dibujaría un panorama electoral que puede no corresponderse con la realidad ni con el estado de ánimo de los ciudadanos.

En cuanto a las previsiones y esperanzas del PSOE, les parece que aún es prematuro avanzar hipótesis: "No ha dado comienzo la campaña, apenas se han debatido las propuestas y  las listas de candidatos, falta también el debate televisivo Rajoy-Rubalcaba..." Todos ellos elementos en los que confía el PSOE para remontar y lograr sus verdaderas dimensiones. En el PP tienen claro es que el millón de personas que en las pasadas autonómicas dejaron de votar al PSOE para votar al Partido Popular repetirán esa elección el 20 de noviembre. No creen que esos votantes que cambiaron de criterio en mayo vuelvan a cambiarlo en noviembre y se decanten por el PSOE; es más, consideran más probable que ese millón de trasvases incluso aumente. Tanto para el PP como para el PSOE, Andalucía y Cataluña son comunidades clave, ya que una mejora en ambas garantizaría la mayoría absoluta para el PP o unos resultados  "no dramáticos" para el PSOE. Las previsiones en este sentido son optimistas para el PP, ya que la ventaja con los socialistas en Andalucía parece que supera a la del resto de España, mientras que en Cataluña el incremento de votos se traduciría en cinco escaños más que los logrados en 2008.  Ese empate con CiU y la ventaja en Andalucía, más las mejoras en todas las comunidades autónomas menos en Asturias, talón de aquiles del PP en estas generales, acercarían a Rajoy a los 190 escaños, según el cálculo del PP.

Pero más vale esperar y ver los acontecimientos que aún restan antes de la emisión del voto: los programas, los compromisos, el debate electoral, los mítines... Y hasta los errores propios y ajenos, como los que viene cometiendo el muy experimentado Durán i Lleida...