El envoltorio de la banda

El anuncio de que la banda terrorista ETA termina su etapa de casi medio siglo de "actividad", es decir, de crímenes injustificados y crudelísimos, nos llega en medio de impresiones y sensaciones contrapuestas. Nadie duda, en primer lugar, de que nos hallamos ante el anuncio que venimos esperando desde hace muchísimo tiempo, consecuencia de un progresivo debilitamiento, y hasta sensación de derrota "militar" de los integrantes de la banda, pero también fruto de las deliberaciones internas e  interminables que han venido manteniendo los "colaboradores externos" de la propia banda, o el mundo abertzale. Las presiones de ese mundo abertzale llevan ejerciéndose ya varios años para que, finalmente, ETA haya decidido cambiar su estrategia, una vez comprobada la utilidad de explorar nuevas vías, como la empleada con notable éxito en Bildu.  Es del todo seguro que la opción política de la banda está procurando muchísimas más satisfacciones que las que podrían dar los comandos que, a la postre, terminan completando, en proporciones muy ampliar, la masa carcelaria. Parece evidente que, en los últimos tiempos, se han impuesto las tesis de los líderes batasunos Otegui, Rufi Echeverría, a las de los sucesivos "jefes militares" sustituidos tras su detención por las fuerzas policiales.

Se da la paradoja de que el triunfo de "los políticos" los sorprende, precisamente, cumpliendo condena por colaboración con la banda, y tras haberse llegado, en la doctrina judicial, a la conclusión de que "Batasuna es ETA"...

Ahora, el muy esperado anuncio etarra de que abandona toda actividad criminal tiene la virtud de complacer a todos, pero también de abrir muchas expectativas e incógnitas para el futuro. Particularmente, las que trae consigo la "plataforma de presentación en sociedad del anuncio espectacular", de menos de la llamada Conferencia de San Sebastián.  Parece evidente que la banda necesitaba esa clase de plataforma internacional que a muchos ha parecido un espectáculo absurdo y hasta de dudoso gusto. La ministra Chacón explica esa parafernalia empleada como "el envoltorio" que la banda precisaba para su anuncio descomunal. Pero incluso en esa hipótesis, ¿a qué viene a estas alturas invocar a los gobiernos de España y Francia, y las reuniones de expertos, que deberán precisar las soluciones a los problemas que en ahora deberán empezar a ser contemplados, como los presos etarras, la aproximación a sus lugares origen, la ubicación de los etarras que dejarán de serlo, su forma de vida en la nueva etapa.

Demasiada parafernalia y mucho envoltorio para una decisión sin duda de enorme trascendencia, adoptada, y cobre todo, anunciada, curiosamente, a un mes de las elecciones en que se juega el Gobierno de la Nación...