Italia dice adiós a su etapa de un Berlusconi que cumple su promesa y dimite

Italia, con cierto retraso y suspense, ha cumplido. Y Berlusconi, igualmente con retraso y suspense, también. Porque la Cámara de los Diputados aprobó, casi por unanimidad -380 votos a favor, dos abstenciones y sólo 26 en contra- en la tarde de este sábado la Ley de presupuestos para 2012, que incluye las reformas económicas exigidas a Italia por Bruselas, tras lo cual el primer ministro, Silvio Berlusconi, presentó la dimisión al presidente de la República.

Es el fin histórico de una época, que cuando se hizo oficial, ya a últimas horas de la noche de este sábado, fue muy celebrado, ya que un gran número de italianos se reunieron ante las sedes del Parlamento y de la Presidencia del Gobierno en Roma casi casi con un grito común: "¡Por fin!" Incluso unos músicos interpretaban el Himno a la Alegría de la Novena de Beethoven.

El hasta ese momento aún jefe del Ejecutivo llegó al Quirinal, sede de la presidencia de la República que ostenta Giorgio Napolitano, sobre las 21h., con media hora de retraso sobre lo previsto. Antes, Berlusconi había anunciado ante su Gabinete, durante un Consejo de Ministros de 35 minutos, que iba a cumplir y presentar su dimisión, según un comunicado de la presidencia del Gobierno. El primer ministro dio las gracias a sus "colegas del Gobierno" por el intenso trabajo desempeñado y se dirigió especialmente al subsecretario de la presidencia, Gianni Letta.

Imperio económico

Berlusconi, de 75 años de edad y dueño de un imperio económico que le ha convertido en uno de los hombres más ricos del mundo, dimite tras agotar sus opciones y abandonado por algunos de sus más estrechos aliados. Deja un país con una deuda pública que supera los 1,9 billones de euros. Pero también ha conseguido convertirse en el primer ministro italiano mas longevo desde la II Guerra Mundial, y un dirigente admirado por compañeros como el primer ministro ruso, Vladimir Putin, que le calificó como "uno de los últimos mohicanos de la política europea, y garante "de estabilidad política en Italia".

El populismo que le ha caracterizado y la devoción de las bases de su partido le han mantenido en el poder ante escándalos sexuales y financieros prácticamente inauditos para un dirigente de un país europeo, pero con su dimisión Berlusconi se enfrentará sin ningún tipo de inmunidad a los procesos judiciales que tiene pendientes, entre ellos uno relacionado con prostitución y otro de abuso de poder.
La crisis ha acabado con Berlusconi, un político que ha puesto a prueba el grado de indulgencia política de los italianos. "Al menos hasta que nos tocan las cuentas corrientes", afirma el economista Massimo Franco al 'Washington Post'. "Por desgracia para Berlusconi", lamenta, "me temo que se le recordará por prostitutas y dinero. Y por prometer el sueño de una Italia mejor, que nunca se hizo realidad".

Monti en la recámara

Ahora el excomisario europeo Mario Monti, que se perfila como favorito para liderar un Gobierno técnico en Italia tras la dimisión del primer ministro, estaría valorando la posibilidad de nombrar un Gobierno de tecnócratas en vez de organizar un Ejecutivo con miembros de todas las fuerzas políticas presentes en el Parlamento, según varias informaciones periodísticas. 

Así, Monti pretende poner en cada ministerio a especialistas en el campo específico de la cartera. Uno de los nombres que se barajan sería el del director general de la Banca de Italia, Fabrizio Saccomani, como ministro de Desarrollo Económico o el mismo Lorenzo Bini Smaghi, que este jueves dimitió como consejero del Banco Central Europeo.

Según informa el rotativo, el Ejecutivo de Monti estaría formado por tan sólo doce o quince ministros que pondrían en práctica las medidas exigidas por la Unión Europea para salir de la crisis económica y de deuda que sufre el país. Otros nombres que se barajan son el del exprimer ministro Giuliano Amato para la cartera de Interior o la presidenta del Tribunal de Apelación de Turín, Livia Pomodoro, para el ministerio de Justicia.

No obstante, Berlusconi estaría presionando a Napolitano para que, al menos, permaneciera el actual subsecretario de Presidencia, Gianni Letta, en el cargo y el ministro de Exteriores, Franco Frattini, que también podría trasladarse a la cartera del Interior. Además, habría exigido que el actual ministro de Justicia, Nitto de Palma, permaneciera también en el ministerio.

Apoyo de los empresarios

La presidenta de la asociación de empresario Confindustria, Emma Marcegaglia, ha subrayado que "en un momento tan difícil como éste" para el país, Monti podría ser "la persona justa" para dirigir un Gobierno de emergencia. Así, Marcegaglia ha subrayado que el nuevo Gobierno debe nacer "con un objetivo muy claro" que es "hacer las reformas que Europa ha exigido y que hasta ahora no hemos sido capaces de hacer". Además, la presidenta de la patronal ha precisado que con los niveles de la prima de riesgo que está alcanzando Italia "el país no se mantiene en pie".

Ante la oposición de varios partidos al nombramiento de Monti, entre ellos algunos diputados del partido de Berlusconi, Pueblo de la Libertad (PDL), así como Liga Norte e Italia de los Valores, Marcegaglia ha hecho un llamamiento a "todas las fuerzas políticas" para que "encuentren un acuerdo para el bien del país". Además, la presidenta ha rechazado la hipótesis de celebrar elecciones anticipadas, como exigen varios partidos, ya que "tres meses de campaña electoral podrían llevar al país a la ruina" y expondrían a los italianos "a un peligro muy fuerte".


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