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La campaña consume sus días finales

sábado 12 de noviembre de 2011, 13:46h
Las discrepancias surgen cuando se plantean el nivel de la mayoría absoluta probable del PP:

  • José Cavero

En cuanto al PSOE, optimismo no es menor: su Comité Electoral se muestra convencido del éxito de su estrategia y seguro de estar marcando los ritmos y los temas, por lo que cree que se están cumpliendo "con creces" las expectativas que tenían de movilizar a su electorado y decantar el voto de los indecisos en su favor. Se definen "muy satisfechos" con el desarrollo de la campaña, y sostienen que no van a variar "ni un ápice" su estrategia en los días que quedan de campaña, porque el arranque que han tenido les ha colocado en una posición "muy cómoda" para afrontar los días restantes. Además, sus encuestas internas constatan una movilización general de un electorado bastante apático hasta hace pocas semanas e incluso una atracción de los indecisos, a quienes está siendo principalmente dirigido su mensaje. Observan en el PSOE que todos los cuadros medios y militantes del partido se han movilizado al máximo, en particular desde el mitin del pasado sábado en Dos Hermanas (Sevilla), donde Rubalcaba estuvo arropado por dos "pesos pesados" del partido como Felipe González y Alfonso Guerra.

Un acto que levantó el ánimo de los socialistas después del debate del lunes con el líder del PP, Mariano Rajoy, que el PSOE cree que ganó Rubalcaba "por goleada". Creen además, los socialistas, que la reacción "tan visceral" del PP al mitin del Dos Hermanas y a la presencia de González y Guerra ha favorecido los intereses electorales del PSOE, pues ha multiplicado la repercusión del acto. El PSOE tampoco se olvida del caladero de votos que representa para sus intereses Cataluña, donde Rubalcaba estará el día antes del cierre de la campaña, como es tradicional en el PSOE, con mítines en Tarragona y en Barcelona. Los socialistas cuentan con la victoria en el cómputo general de Cataluña y el País Vasco.

De manera que en los dos cuarteles generales del PP y PSOE no aparecen preocupaciones insuperables, y ambos esperan unos resultados aceptables: De cómoda mayoría absoluta en el PP y con un número de escaños "suficiente" para el PSOE. Y luego, el día después, la duda de si 20-N se decidirá entre el estancamiento o el comienzo de la recuperación. Pero no todos las valoraciones son positivas, sobre la campaña ya desarrollada. Un dirigente autonómico del PP describe la "campaña con menos fervor social que recuerdo, a la gente parece que incluso no le interesa, pero en todas las personas con las que hablo, y son muchas durante el día, la necesidad de que haya un cambio es común". Curiosamente, también el PSOE llega al ecuador de la campaña electoral convencido del éxito de su estrategia y seguro de estar marcando los ritmos y los temas, por lo que cree que se están cumpliendo "con creces" las expectativas que tenían de movilizar a su electorado y decantar el voto de los indecisos en su favor.

Insisten estas fuentes en que se constata una movilización general de un electorado bastante apático hasta hace pocas semanas y una atracción de los indecisos, a quienes va principalmente dirigido su mensaje. Los socialistas  consideran que Rajoy está cometiendo "los mismos errores de 2004", cuando también quiso hacer una campaña de perfil muy bajo dando por segura su victoria, y "se permite el lujo" de no hacer prácticamente entrevistas en medios y dejar huecos en su agenda. "Esos errores, dicen en el PSOE; se pagan y dar por sentada una victoria que sólo determinarán los ciudadanos le puede costar caro". Los partidos que quieren tener presencia en las futuras Cámaras apuran ya los días finales de la campaña. En algunos casos, evidenciando los primeros signos de cansancio pero siempre manteniendo la confianza en sus respectivas posibilidades. Los populares no dudan de la victoria el 20-N tras el buen resultado que siguen otorgándole los sondeos, y tras el cara a cara de Rajoy y Rubalcaba. Ahora, les toca esperar que los días "vayan pasando" para recoger los frutos el próximo domingo día 20. Los socialistas se aferran a un acaso desmesurado optimismo, al considerar que están haciendo una campaña que capta a los indecisos y supera sus propias expectativas.

En suma, ninguna fuerza pone en duda su propia victoria. Las discrepancias surgen cuando se plantean el nivel de la mayoría absoluta probable del PP: abundan quienes colocan su techo en 190-195 escaños, pero tampoco faltan quienes rebajan la euforia y descienden al umbral de los 180-185. Señala El Mundo que lo que llama la atención en los estrategas del PP es la sensación de que esta campaña se está haciendo "muy larga" por la sencilla razón de que ven la victoria muy decantada y al alcance de los dedos. Ahora la obsesión del PP y de Rajoy es no cometer errores y reforzar su imagen presidencialista. Rajoy y todo su equipo, en los días que quedan de campaña, harán exactamente lo mismo que hasta ahora: mostrarse como el que favorecerá la recuperación económica, apelar a la unidad social para que los ciudadanos entiendan que la ideología pesa poco en este contexto y dejar claro que la salida de la crisis llevará tiempo. Lo único que podría intentar el PP es aumentar el trasvase de votantes tradicionales desde el PSOE. Por tanto, nada de mensajes alarmistas, nada de anuncios polémicos. La campaña de Rajoy habrá sido un reflejo escénico de su programa: un "no" a lo controvertido, incluido ETA, a la que el líder de los populares sólo ha hecho una mención... En fin, que aparecen demasiado felices y autocomplacidos en una y otra parte...
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