Los romanos,
en tiempos de crisis aguda, nombraban un tirano que disponía de todos los
poderes. Claro que eso era en tiempos de la república, antes del Imperio. A los
seis meses o máximo al año, o si lo hacía mal a juicio del Senado, el tirano se
iba, bien porque le enviaban a un destierro dorado, en una hermosa quinta con
efebos o doncellas con una cálida vida por delante, bien porque simple y
llanamente, le rebanaban el pescuezo.
El poder
absoluto, que ahora se llama mayoría absoluta, suele ser útil en tiempos de
crisis para resolver los problemas a golpe de decretazo o de rodillo
parlamentario. Se pueden tomar decisiones rápidas y contundentes, cuando lo
ocasión lo demande y la ciudadanía, que nos guste o no lo que vote, es sabia,
intuye cuando hace falta ese poder absoluto. Y si, además, esta desencantada
con el sistema, por culpa de quienes lo han pilotado últimamente, con razón o
sin ella, castigan. Se junta el hambre con las ganas de comer. Hace falta un
poder fuerte, piensan, que se enfrente
al enemigo actual, los siniestros e indefinibles mercados, por un lado y hay
que castigar al Gobierno, por otro.
Lo que no está
tan claro es que sea precisamente la derecha y mucho menos con su apéndice, la
derechona, la más adecuada para esta labor. ¿Se trata de seguir al dictado de
los mercados? Recortes. Y eso lo hará con eficacia. ¿Se trata de buscar, con
imaginación, soluciones dentro de Europa, para reinventar el capitalismo y
deshacerse de ese dogal? No creo que san los más adecuados.
Durante este
tiempo, no obstante, hay que movilizarse para que ese poder absoluto, sea lo
menos absoluto posible, La democracia - recuerdo: el peor sistema de todos, con
excepción de todos los demás - no es solamente la aritmética parlamentaria En todo
caso, que estén tranquilos. Aquí, cada equis tiempo, puede haber "exilio"
dorado, - gabelas, pensionazos, sueldazos, puesto importantes, conferencias
superpagadas, etc. , pero no se rebanan
pescuezos.
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