miércoles 07 de diciembre de 2011, 07:56h
Irresponsabilidad, desconocimiento, electoralismo,
negligencia, impotencia o perversidad, cualquiera de estas causas, juntas y por
separado, sirven para explicar el por qué la Unión Europea se encuentra ante
una semana decisiva para su futuro. Acumulamos excesivos antecedentes
históricos de cómo los dirigentes europeos han tenido que estar ya cayendo al
abismo para adoptar decisiones políticas salvadoras e imprescindibles para la
construcción de una sociedad europea ejemplar para el resto del mundo. Pero en
la historia reciente, la situación económica y social no revestía una gravedad
de tal trascendencia como la actual donde no sólo está en juego el estado del
bienestar en Europa, si no la estabilidad y la paz que ha disfrutado desde la
Segunda Guerra Mundial. Las Comunidades Europeas se crearon en esa posguerra
para entrelazar de tal manera los intereses de países como Francia y Alemania
que nunca más se pudiera pensar en un enfrentamiento armado. También se creó la
OTAN para coordinar los intereses de seguridad y defensa con la tutela de los
Estados Unidos.
Durante los últimos años, el avance de la unidad en Europa no
ha sido fácil pero siempre ha prevalecido el interés colectivo como garante del
éxito de cada uno. Sin embargo, la crisis actual ha revelado la escasa visión y
categoría política de unos responsables políticos, maniatados por los mercados,
que han consentido una verbena de crédito fácil y barato para un endeudamiento
irresponsable como sustituto engañoso de la subida de impuestos para
proporcionar servicios desproporcionados a los recursos con objetivos
electorales. Cuando se cae el castillo de naipes, la respuesta es necia,
individual y egoísta, hasta el punto de poner en cuestión todo el sistema europeo,
donde se demuestran las necesidades advertidas hace 10 años por los expertos
para sostener al Euro e ignoradas por los políticos sobre la necesidad de
coordinación económica, armonización fiscal y un Banco Central con más
competencias. Esta semana decisiva debe servir para empezar a construir una
nueva Europa con disciplina, responsabilidad y solidaridad. ¿En qué orden? Las
exigencias germanas hablan de disciplina pero sin los demás socios la Alemania
actual sería una caricatura. Y la economía internacional, con Estados Unidos a
la cabeza, retrocedería muy peligrosamente. Por eso, esta semana no sólo Merkel
y Sarkozy prponen un nuevo Tratado al Consejo Europeo; también viene a Europa
el secretario del Tesoro norteamericano. Con todos ellos se verá Mariano Rajoy
para poner en valor las nuevas posibilidades de España.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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