www.diariocritico.com
Animo, Rajoy, que puede que esto no sea tan malo

Animo, Rajoy, que puede que esto no sea tan malo

domingo 18 de diciembre de 2011, 13:49h
 Los que dicen haber hablado a fondo estos últimos días con Mariano Rajoy, que tengo la impresión de que son muchos menos de los que presumen de haberlo hecho, aseguran que el inminente presidente del Gobierno "es muy consciente de lo que se le viene encima". Hay como un fatalismo de desempleo y recesión en el ambiente y se traslada al político galaico la voluntad de aceptar ese 'fatum' que implicará recortes en nuestro estado de bienestar, en nuestros ingresos y en nuestras expectativas de una vida mejor. De manera que todos esperamos, con el paraguas abierto y el gesto sereno, el chaparrón que puede suponer la declaración de intenciones del discurso de investidura de este lunes.
 
Pocas veces en mi vida de mirón profesional he visto un país más resignado ante lo que pueda venirle en un año, este 2012, del que todos esperamos las peores cosas. En muy escasas ocasiones, en mi trayectoria de comentarista, he constatado tal pesimismo emanado de las tripas de las encuestas. Creo que los españoles hemos perdido una buena parte de nuestra capacidad de análisis crítico ante la avalancha de informaciones que, literalmente, van cambiando nuestra vida día a día: 2011 fue el año de las grandes -y penosas-mudanzas, pero también de las nuevas esperanzas surgidas del derrumbe de un orden viejo. Desde el norte de Africa hasta Bruselas, todo se ha tambaleado y era lógico que muchas estructuras de la nación que está en medio de ambos parámetros geográficos también temblasen: es que algo nuevo está naciendo, aunque aún no sabemos muy bien lo que el parto, doloroso como todos los partos, dará de sí.
 
Aunque no con Rajoy, sí he hablado estos días con algunos de los que, con fundamento o sin él -nadie sabe nada, dicen los que podrían saber--, suenan como 'ministrables' de Rajoy; y he constatado la misma impasibilidad ante lo que se juzga inevitable. Toman el timón del Estado en sus manos sabiendo que la galerna ya ha comenzado. Pero sí debo añadir que muchos de ellos creen que, tras la tempestad, ha de venir la calma. Quién sabe, eso sí, con cuántos ahogados por el camino. Pero si la prudencia es la receta, la audacia también conviene en estos momentos, y esa mezcla, sabia, es la que me gustaría escuchar en boca de Mariano Rajoy a mediodía de este lunes, cuando --¡al fin!-nos cuente qué diablos piensa hacer con este país y con los que lo habitamos.
 
Así que, en esta hora, no cabe sino la expectativa, y armarse de confianza -qué remedio-en quienes van a dirigir nuestros destinos. Hemos entregado una muy considerable dosis de poder a Mariano Rajoy, el hombre a quien muchos han querido influir en estas últimas jornadas, tratando de imponerle tal ministro o de disuadirle de que pueda nombrar a tal otro; creo que una de las virtudes de Rajoy es su independencia, y sospecho que algo de eso comprobaremos cuando lance su discurso programático. Este lunes puede ser, será, un día histórico. Uno más en este final de una era.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
1 comentarios