Porque no hemos sido tan malos

Querido Mariano, si me permites el tuteo, ya sea como Santa Claus, como Olentzero o como Rey Mago te voy a pedir tres regalos para un especial 2012 ¿no suelen ser tres los deseos que se pueden expresar?

Como ya sabes en 1906 existían en Europa 24 estados soberanos. En 1956 ya eran 34, y en el 2006 los estados sumaban 47. Hoy podríamos contar hasta 54 si incluimos la República Turca del Norte de Chipre, Absajia. Kosovo u Osetia del Sur. Pero en Europa se han catalogado hasta 234 lenguas distintas, y si a cada una le corresponde una nación soberana la fragmentación del feudalismo nos acabará pareciendo cosa de risa en un mundo de gigantes geopolíticos y económicos.
Por ello, querido Mariano, ahora que tal vez todavía se pueda, para el 2012 podrías impulsar en el Parlamento Europeo una decisión legislativa a modo de la "Clarity Act" aprobada por el legislativo canadiense en el año 2000.

Como sin duda recuerdas, esa Ley de Claridad establecía las condiciones para la autodeterminación y secesión de Quebec, y en concreto la falta de ambigüedad en la pregunta del referéndum, una clara mayoría (y no sólo una simple) a favor de esa secesión y una evaluación cualitativa necesaria de esa mayoría para determinar sus circunstancias, considerando a la Cámara de los Comunes de Canadá el único interprete válido de esa desambiguación y de la cuantificación y cualificación de esa mayoría. 

En España la Constitución no admite más referéndum que los previstos en los artículos 167, 168, 151.2 para aprobación o reforma de los estatutos de autonomía o la incorporación de Navarra al País Vasco y los consultivos o no vinculantes del artículo 92, pero no parece que eso vaya a frenar a los secesionistas vascos o catalanes en sus reivindicaciones, pues ellos también piden al Olentzero o al Caganer sus regalos llenos de fronteras, himnos patrióticos, barreras y cantones independientes. Por eso, augurando futuras mayorías peneuvistas sumadas a Amaiur, es necesaria una decisión legislativa del Parlamento Europeo que establezca que la secesión es una cosa muy seria y que no se pueden repetir casos como la declaración unilateral de independencia del Parlamento de Kosovo en el 2008. De hecho, conociendo los precedentes balcánicos, querido Mariano, podrías sugerir a la "Clarity Act" europea un añadido sobre el resultado del referéndum en los diferentes distritos electorales incluidos en la patria proyectada, de modo que si el territorio histórico de Álava, o en el de Vizcaya, pongamos como ejemplos, votarán "no" habría que respetar su derecho a decidir, y no se les podría imponer la decisión de independizarse, sin que eso pueda considerarse un caso de charcutage o de gerrymandering, porque precisamente se trataría de distritos electorales preexistentes a esa Ley de Claridad. Más bien sería utilizar los argumentos de la autodeterminación o el derecho a decidir, profundizando en ellos, contra quienes los esgrimen hoy como banderas, del mismo modo que un buen judoka utiliza la fuerza y el peso de su oponente para vencer. En una hipotética reforma de la Constitución se podría incluir, incluso, algo parecido a una Ley de Claridad.

Un segundo deseo, querido Mariano es el de un proyecto estratégico para una o dos legislaturas; marcarnos, como país el objetivo de la independencia energética a base de aumentar la I+D y la inversión en biocombustibles, eólica, solar, maremotriz, hidráulica e, inevitablemente nuclear. También reducir consumos, por ejemplo, con más y mejores aislantes, potenciando el ferrocarril y los transportes colectivos y cosas así.

Y el tercer deseo, Mariano, es otro proyecto estratégico; una repoblación forestal generalizada que acalle las críticas de los ecologistas por lo de las nucleares. Hacer que una ardilla pueda volver a cruzar la Península de árbol en árbol desde Gibraltar hasta los Pirineos, como dicen que era posible en tiempos de Estrabón o de Plinio el Viejo. Si el coste en expropiaciones, incentivos, salarios y semilleros es alto, los beneficios, que omito por evidentes, serán, sin duda, mucho mayores para las próximas generaciones. Para el quién pienso en tantos desempleados que podrían cobrar un plus añadido al subsidio a cambio de su trabajo como silvicultores, y el cómo se lo dejo a los expertos de ese ramo del saber.

Nada más querido Mariano, como sabes un país no sólo se une con leyes sobre la claridad, también con proyectos comunes, con objetivos y metas ilusionantes que justifiquen la sangre, el sudor y las lágrimas que se nos pide con un futuro mejor, un horizonte en el que haya más árboles en Europa que países, y no al revés.