Chaves, Urdangarín y Montes Neiro, brepordiós

A ver si yo lo he entendido bien: la cosa es que USA, donde los presidentes huelen a azufre, ha conseguido desarrollar una tecnología para la que todavía no tenemos nombre. No sabemos si se trata de una máquina, de una pastillita, de un telépata a distancia o de un gas psicotrópico; lo único que sabemos es que produce cáncer a los presidentes latinoamericanos. Yo le llamaría LCME, Latam-cancer made easy, presidential upgrade. Claro que también cabe que la medicina cubana, tan alabada y valorada en los 70, haya caído en picado tras la tontada esa de Gorbachov de acabar con la URSS y ahora cuando te hacen una radiografía te dejan más p'allá que p'acá, dicho sea con el debido respeto galeno-presidencial.

Y en realidad no es que el presidente Chaves sea un conspiranoico -para eso ya tenemos a Iker Jiménez y a Lidia Lozano, cada uno e su campo periodístico y de patatas respectivamente- sino que es de los pocos que dice la verdad. Sí, sí, no vayamos a desgarrarnos ahora las costuras creyendo que el mundo es mejor de lo que realmente es. La verdad es la verdad, la diga Chaves o Urdangarín pillín pillín.

Por ejemplo, hay un malo malísimo, un hombre verdaderamente peligroso que ni ha pegado a su mujer ni ha robado 5 millones de euros -¿Qué són 5 millones de euros comparados con los damnificados del FROB, es que os la cogéis con papel de fumar- ni ha puesto bombas en los bajos de concejales o beneméritos; ni tan siquiera ha tenido la osadía de jurar la bandera española en su mili "por imperativo legal" o citarse en un coche negro, abanderolado y oficialísimo con algún facineroso en una gasolinera. De hecho, este peligrosísimo ser humano ni siquiera ha sido jefe de negociado en el govern balear. Bueno, pues este tipejo infecto lleva en la cárcel 34 años, desde 1977. Por chorizo, coño, por chorizo. Y se lo merece, ea.

Ahora resulta que el malvado, que ha sido injustamente indultado por un gobierno en funciones que no sabía ni donde tenía la mano derecha, quiere ir a pasar fin de año a su casa. ¡Habrase visto desfachatez más desfachatada! Brepordiós.

Ya lo intentó en Nochebuena, afortunadamente la Junta de Tratamiento de la cárcel de Albolote (Granada), le denegó la salida. No tenían muchas posibilidades -ya sabemos cómo es la justicia de este país: los chorizos entran por una puerta y salen por la otra- pero descubrieron una triquiñuela fantástica: los parientes de este tipejo repulsivo solicitaron la ejecución del indulto presentando toda la documentación pero... tatatatá, metieron la pata y en lugar de un original sellado y en papel seda presentaron una fotocopia del original y, ah, la justicia triunfó y el parásito del 77 siguió en prisión.

Ahora lo han vuelto a intentar y la Junta, de nuevo, ha conseguido que este pájaro de cuenta tampoco vaya a casa con los suyos por nochevieja. Ni siquiera por año nuevo. Menos mal que algo en este país funciona, brepordiós.

Y ahora un ruego de fin de año: Miguel Montes Neiro es el preso más antiguo de España, lleva en la cárcel desde que Adolfo Suárez era presidente. No tiene delitos de sangre y su mayor error ha sido intentar fugarse varias veces. Ahora ha sido indultado y una panda de malas personas convertidas en engreída Junta le está quitando lo único que le queda: la salud. Este hombre, como por otra parte es lógico, está entrando en depresión y los funcionarios de esa cárcel inhumana solo hacen que torturarlo. ¿No hay nada contra la tortura psicológica?

Te dejo datos de la cárcel de Albolote. Si crees que lo que se está haciendo con este hombre es injusto te ruego que envíes dos comunicaciones, una dándole ánimos a Miguel y mostrándole un poco de cariño y otra recordándoles a todos y cada uno de los miembros de esa Junta de malas personas que arrieritos somos.

               Cárcel Albolote  958 53 72 00
               [email protected]

               Ministerio de justicia. En esta página hay un formulario de quejas:
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