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Catedrático Jean Monnet
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Sarkozy, Merkel, Rajoy

domingo 15 de enero de 2012, 19:55h
El Presidente de Gobierno español, Mariano Rajoy, recibe el lunes 16 al Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, a quien de manos del Rey Juan Carlos I se le impondrá la más importante de las condecoraciones españolas, el Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro. La motivación que consta en el Real Decreto del pasado 25 de noviembre afirma que "queriendo dar un relevante testimonio de Mi Real aprecio a Su Excelencia Nicolas Sarkozy, Presidente de la República Francesa, y en muestra de la tradicional amistad entre Francia y España, oído el Consejo de Ministros, vengo en nombrarle Caballero de la Orden del Toisón de Oro".

Rajoy tiene previsto también entrevistarse el próximo martes en la Moncloa con el Presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, a quien expondrá los ejes de su plan de ajuste para reducir el déficit y las reformas estructurales que prepara para los próximos meses. Al día siguiente, el jefe del Ejecutivo español visitará Marruecos en su primer viaje al extranjero desde que tomó posesión del cargo.

El próximo 26 de enero, Mariano Rajoy viajará a Berlín para reunirse con la Canciller alemana, Angela Merkel tres días antes del Consejo Europeo de Bruselas, en el que los líderes de la UE afrontarán la definición del nuevo Tratado que contiene el llamado "Pacto Fiscal", decisivo para la consolidación fiscal y crecimiento económico en la Unión Europea. Finalmente el 30 de enero el Presidente español intervendrá en Bruselas, por vez primera, en la reunión extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea convocada por el Presidente del Consejo Europeo.

La crisis financiera y económica de la UE, sigue siendo la cuestión decisiva que se plantean los Jefes de Estado y de Gobierno y, precisamente, es de nuevo el objetivo principal de este extraordinario Consejo Europeo, el primero de 2012, que pretende sacar adelante el nuevo Tratado del llamado Pacto Fiscal, para lograr su firma, probablemente, en el ordinario pero histórico Consejo Europeo de marzo de 2012. Al menos esa es la voluntad de Angela Merkel, que lleva desde hace tiempo el rumbo de este recorrido en medio de las tempestades de las cuales la última es la actuación que el pasado viernes, 13 de enero, propició la agencia de calificación Standard & Poor's rebajando la calificación a 9 países de la moneda única de entre los cuales Francia, Bélgica Eslovaquia, Eslovenia y Malta, perdían un grado de solvencia y España, Italia, Portugal y Chipre, recibían un recorte de 2 grados. Portugal quedaba, como Grecia, al nivel del bono basura y solo quedan con la calificación de la "triple A" cuatro países: Alemania, Países Bajos, Finlandia y Luxemburgo. Para la Agencia, los problemas financieros de estos países son consecuencia de sus desequilibrios exteriores y de sus divergencias en competitividad y, en el caso español, la dependencia de la financiación exterior del sector privado, los desequilibrios entre ahorro e inversión, los altos niveles de deuda externa y la carga de amortizaciones a corto plazo.

Por encima de las razones de la agencia no puede olvidarse que su actuación no deja de estar cargada de un peso político. Nadie olvida que Standard & Poor's y las demás agencias han sido objeto de críticas por su actuación en la crisis financiera, y está acusada de errores significativos en la forma de calcular sus calificaciones. Su propietario, el grupo editorial McGraw Hill tiene una larga relación con la familia del Presidente Bush y entre sus accionistas se encuentra sobretodo The Capital Group (12,31%), que es también uno de los mayores accionistas de Moody´s Corporation junto a Berkshire Hathaway, el conglomerado financiero que lidera el conocido financiero Warren Buffet, uno de los mas cercanos amigos que apoyan al Presidente Obama, de quien se resalta su propuesta de incrementar el impuesto a los más ricos.

Independientemente de la realidad que ha supuesto el derroche de los países europeos y de la necesidad de tomar continuamente medidas que permitan afrontar la crisis financiera y económica, el hecho es que la rebaja realizada por la agencia supone también un golpe económico y político a los países europeos y, singularmente, a Francia y a España. El Presidente Sarkozy había dicho en privado "Si perdemos la triple A estoy muerto". Un asesor del Eliseo manifestó "Esto nos pasa por no haber puesto en su sitio a las agencias en 2009". Los socialistas franceses, encabezados por su candidato presidencial Françoise Hollande, favorito en estos momentos, ha manifestado que "toda una política ha sido degradada" y Marine Le Pen, la candidata del Frente Nacional, cuya intención de voto ha crecido hasta el 21,5%,  ha dicho que "la rebaja de la nota destruye el mito del Presidente protector y muestra la incongruencia del modelo liberal basado en un rigor insoportable". Lo cierto es que la rebaja de la deuda de Francia se produce a 100 días de las elecciones presidenciales.

La situación para España no es menos preocupante ya que la rebaja de la calificación de la deuda puede encarecer la financiación, un nuevo problema en el esfuerzo del Gobierno, cuyas medidas de ajuste no han parecido suficientes y asimismo porque la Agencia manifiesta que "el notable A", degradado dos escalones, se basa en que su economía es rica y relativamente diversificada y a las reformas estructurales en marcha, manifestando que son tres los escenarios en los que procederá a una nueva rebaja: si no se aprueba pronto la reforma laboral, si no se toman medidas adicionales para reducir el déficit o, si el sector financiero requiere ayudas de capital del sector público. La Agencia entiende que España se encuentra al borde de una recesión. La respuesta del Presidente español, ayer, 14 de enero, en Málaga es que va a hacer los recortes y las reformas necesarias pero no porque se lo exija el mercado sino porque cree que es lo que hay que hacer, manifestando que en el Consejo Europeo se pronunciará por una apuesta clara por el euro, el control del déficit y las reformas económicas. En lo referente a la reforma laboral ha ampliado una semana el plazo dado a sindicatos y empresarios buscando hasta el final un acuerdo. Con respecto a las instituciones financieras, lanzó un mensaje contundente: no habrá dinero público para ayudarlas, deberán valorar sus propiedades inmobiliarias al precio real y se forzarán las fusiones. Transparencia, saneamiento y activos valorados a su verdadero valor.

La fragilidad de Italia, la dimensión de su riesgo sistémico y la propia situación española, con un nivel de paro insostenible, preocupan a la Unión. El Presidente Rajoy ha manifestado que todas sus decisiones se toman en contacto con Berlín y Bruselas, desde la independencia de España, claro alegato de un europeísmo firme sobre el que toma un importante protagonismo la actuación del nuevo Ministro de Asuntos Exteriores, el europeísta Jose Manuel García-Margallo. 

Rogelio Pérez-Bustamante

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