Chacón y Rubalcaba no desvelarán sus equipos hasta el 38º Congreso

Pese a que varios barones y dirigentes regionales -el madrileño Tomás Gómez; el extremeño Guillermo Fernández Vara; el gallego Pachi Vázquez y hasta el propio Griñán-, les han pedido directa o indirectamente que desvelen al menos quiénes ocuparán los 'puestos clave' de su Ejecutiva, tanto Alfredo Pérez Rubalcaba como Carmen Chacón prefieren guardar silencio y no levantarán sus cartas hasta el mismo 38º Congreso Federal para el que falta justo ahora una semana.

Eso no quiere decir que ambos aspirantes a la secretaria general del partido  no tengan ya prácticamente decidido quienes estarán en la nueva dirección si logran convertirse en secretario/a general del PSOE.

El principal interés se centra en saber qué dirigentes serán los que ocupen el área económica. En el entorno de Rubalcaba se da por seguro que junto a él estará el joven ex diputado madrileño Pedro Sánchez, que se quedó a las puertas de ser elegido diputado pese a que el propio Rubalcaba le 'ascendió' al puesto número once de la lista que él lideraba en detrimento de uno de los dirigentes de la corriente Izquierda Socialista, Juan Antonio Barrio de Penagos, que bajó al 14. También se da por seguro que incluirá al ex ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, y a la portavoz de economía del PSOE en el Congreso, Inmaculada Rodríguez-Piñero, dos de las personas que apoyan su candidatura.

Por su parte, Carme Chacón cuenta con un veterano de la política, Josep Borrell, experto en temas fiscales -de hecho es el artífice de la propuesta en esta materia que la candidata presentó esta semana en un acto de campaña-, con la pareja de esté y ex ministra, Cristina Narbona, y con  ex secretaria de Estado de Empleo Mari Luz Rodríguez.

Pero la composición de ambos equipos con sus respectivos 'números dos' será el secreto mejor guardado hasta el mismo sábado día 4, fecha en la que los delegados votarán en secreto por uno u otro candidato. El motivo de no levantar hasta ese momento las cartas  no es otro que el deseo de no querer 'quemar' ningún nombre en el caso de cosechar un fracaso.