domingo 29 de enero de 2012, 19:20h
"Las firmas rusas y chinas son las que más sobornan en el extranjero"
Un reciente y concienzudo estudio basado en una encuesta a 3.000 empresarios de países industrializados y en desarrollo, ha puesto en una especie de ranking a las 28 principales naciones exportadoras por la facilidad con la que sus compañías multinacionales recurren al cohecho una vez que dejan atrás sus fronteras. El estudio ha concluido -como nos temíamos- que las firmas rusas y chinas son las que más sobornan en el extranjero.
Pero también aparecen en esta clasificación otros países que -como diría un viejo profesor de mi infancia, al que ya he citado en esta columna en alguna que otra ocasión, don Hermógenes... -los hay que "las matan callando", como es el caso de México o la India. Entre ambos figura también Argentina, pero a este país no es aplicable el dicho porque si alguien es capaz de callar a un argentino, sería solo la prueba de que este es solo un impostor. Un verdadero argentino siempre tiene argumentos para una cosa y para la contraria, si no, sencillamente, no es argentino.
Los sectores productivos más destacados en esta "Champion league" del cohecho de las empresas multinacionales sitúan en primera posición a las obras públicas seguido por las infraestructuras para servicios públicos y el inmobiliario. Les siguen el sector petrolero y gasista, la minería, la generación y transmisión de electricidad y las farmacéuticas y aseguradoras.
Así, en un primer examen, se echa en falta, no obstante, la falta de profundización del estudio en sectores tan tradicionales como el tráfico de drogas, el de armas y el de seres humanos, entre los que incluyo, por supuesto, la prostitución y la trata de blancas, como permanentes, seguros y florecientes negocios de todos los tiempos que parecen transparentes porque nadie hinca el diente en sus manejos subterráneos, quizás porque ya se da por hecho que sin corrupción sería imposible su desarrollo. Bien mirado, lo mismo está demás su inclusión en este novedoso estudio.
Habida cuenta de la aceptación internacional de estas prácticas, no sería nada extraño asistir en breve al surgimiento de una nueva profesión, la de sobornador, que puede irrumpir con fuerza en el mercado laboral. En breve, pues, veremos en diarios y revistas la inserción de anuncios y reclamos de universidades privadas y públicas y de decenas y decenas de escuelas de negocio surgidas en los últimos años, siempre atentas a las necesidades del mercado, como ofertan para el curso 2012-13 esta nueva especialidad en sus ofertas educativas: Máster en sobornos .
La eficiencia y la eficacia en el soborno. Todo por la empresa. Todo por la mejora de la cuenta de resultados... En fin, que así nos va
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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