El general invierno

     El ministro de Justicia, Ruiz-Gallardón, propone que las bodas y hasta los divorcios (si existe acuerdo entre las partes) se puedan celebrar ante un notario. El titular de Agricultura, Arias Cañete resucita la idea de un Plan Hidrológico equilibrado y solidario con todos. La ministra de Sanidad, Ana Mato, estudia que para acceder a la "píldora del día después" se necesite receta médica. El responsable de Asuntos Exteriores, García-Margallo, insiste en su demanda de "Gibraltar español" y acusa a Londres de no querer hablar del asunto. Y el ministro de Industria, José Manuel Soria, da una larga cambiada, con palabrería de buenas intenciones, al futuro de la minería, y los sindicatos SOMA-UGT y Comisiones Obreras preparan movilizaciones en la calle...

    No se puede decir que la actualidad venga con las alforjas vacías, que no llegue calentita como un pan recién salido del horno, pero, ante tantas declaraciones y tantas promesas, después de que José Ignacio Wert (Cultura y Educación) se "cargase" la asignatura de "Educación para la Ciudadanía",  y de que Jorge Fernández Díaz (Interior) se mostrase inflexible con los etarras encarcelados, de lo que se habla en España es del frío, de ese "general Invierno" al que tanto temía Napoleón... Una ola de frío que, a partir de esta madrugada, convertirá la España peninsular y las islas Baleares en una estepa siberiana. Cuando el tiempo se pone crudo y a la meteorología le da por hacernos la puñeta, España ofrece el mejor escenario: el mismo de Castilla en que se rodó el "Doctor Zhivago", cuando la meseta se disfrazó de más siberiana que la verdadera Siberia...

    Qué distinto es el frío para el esquiador que para el repartidor de butano..., para el oficinista que para el guardia civil de Tráfico..., para quien practica el "ande yo caliente y ríase la gente" que para el mendigo... Ahora está muy de moda completar la información meteorológica (tantos o cuantos grados) con la sensación térmica, que suele ser más dura. Hay 5 millones y pico de españoles (nos referimos a los parados) cuya percepción térmica es de hielo y de desamparo durante todo el año, hasta en agosto, cuando se caen los pájaros de calor... Lo suyo es el frío, mucho frío, un frío paralizante, un frío que perfora hasta el centro de los huesos.

    Que se prepare la gente cerebral, los altos cargos del Gobierno, las personas que huyen de las emociones (quizá Rajoy sea una de éllas), esos que siempre recomiendan "pensar las cosas en frío". En estos próximos días van a tener mucho trabajo. Porque, pensando en frío, abres el balcón que da al patio nacional, al poblachón ibérico, a la corrala de vecinos que es España..., ves que acechan los lobos..., te congelas.