Patxi López y la renovación socialista

Si de lo que se trata es de construir futuro, es obvio que dentro del Partido Socialista ni Rubalcaba ni Chacón constituyen una alternativa creíble, y no lo son por múltiples razones. Rubalcaba es el pasado, casi el reverso tenebroso, y Carme(con o sin n) la juventud, pero la inconsistencia, la insoportable levedad del ser. Por lo tanto, gane quien gane, pierde el Partido Socialista en su conjunto. Y, por otro lado, no parece que vaya a despuntar en el 38º Congreso ningún valor que represente una alternativa real a la situación de páramo y soledad que vive la familia socialista.

Otra cosa es que de cara a ese mismo 38º Congreso algún candidato lleve en realidad a un 'tapado' en sus listas. Es decir, a alguien que sí puede representar un papel definitivo a medio plazo. Si Rubalcaba tuviera la inteligencia política con la que algunos le agracian, sería posible entonces que su candidatura pudiera representar, a ese medio plazo, una salida coherente y razonable para el PSOE. Entonces sí tendría sentido que el 'viejo zorro' de Solares haya peleado por el voto agrupación por agrupación, estrujando a diestro y siniestro mano tras mano: no para un reconocimiento personal, sino para construir en poco tiempo una mayoría en torno a una alternativa de futuro.

Me refiero, claro está, a la posibilidad de que Rubalcaba lo que quiera en realidad es desbrozar el camino para que el actual lehendakari vasco, Patxi López, pueda liderar el partido a partir de 2013, o, al menos, para que López se pueda constituir a partir de esa fecha en el próximo cartel electoral socialista para las elecciones generales de 2015.

Sería -entonces sí- una jugada maestra y los tiempos parece que podrían estar tasados. Patxi López es el dirigente socialista -acaso el único- con mayor imagen en todo el ámbito estatal; la tiene por sí mismo y por su talante, pero también por sus logros políticos. De hecho, López es el único 'barón' socialista que no ha sido humillado en las urnas; más bien todo lo contrario. Todos, desde Fernández Vara hasta Tomás Gómez, pasando desde luego por el manchego Barreda -fulminado por la siempre estirada María Dolores de Cospedal-, han mordido el polvo de la derrota con tanta avaricia como el propio Rubalcaba en las elecciones generales -o la misma Chacón, que también retrocedió en el conjunto de Cataluña-.

Los tiempos estarían tasados: a pesar de su buen hacer político, lo más probable es que Patxi López no repita en el cargo de lehendakari en los comicios de 2013. Es previsible para entonces que la fuerza que parecen tener los abertzales de izquierda confieran el poder a un lehendakari nacionalista. López, a pesar de su objetivamente buena gestión, tendría que dejar la Lehendakaritza abrumado por un nacionalismo pujante. Ése sería el momento del gran salto a la escena nacional... si Rubalcaba tiene vista de águila y generosidad personal y política y le nombra en el 38º Congreso -en el caso de que lo gane, y parece ser que sí- su segundo real en la nueva estructura de poder interna.

Decían de Carme Chacón que por qué no iba a poder ser una catalana candidata a la Presidencia del Gobierno. Pues claro que sí. Pero, ¿por qué no puede serlo un vasco?