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Los sindicatos programan la respuesta a la revolucionaria reforma laboral

Los sindicatos programan la respuesta a la revolucionaria reforma laboral

domingo 12 de febrero de 2012, 11:28h
Conocida con detalle la revolucionaria reforma laboral, los sindicatos han decidido que pasan al ataque. Queda por ver el cómo, cuándo y dónde, pero se niegan a que sea Rajoy quien convoque las protestas a gusto de su calendario. Dicho de otro modo, los sindicatos se resisten a convocar ya una huelga general, la que el Gobierno espera, según avanzó Rajoy a micrófono abierto en Bruselas.. "La reforma laboral me va a costar una huelga general", había comentado Rajoy a finales de enero. . No hay duda de que el real decreto ya en vigor ha provocado la ira de UGT y CC OO. Pero, de momento, los sindicatos no recogen el guante. "La fecha de la huelga general, si la hay, no la va a poner el presidente del Gobierno", ha advertido Toxo, en su comparecencia airada con su "gemelo" Méndez. Uno y otro, una vez más, están perfectamente de acuerdo en proclamar que la reforma trae consigo despido mucho más abundante y más barato, así como la facultad de que el empresario rescinda los contratos sin indemnización alguna durante el primer año en las empresas de menos de 50 trabajadores; la posibilidad de rebajar salarios sin que haya pérdidas -bastará con que la empresa reduzca beneficios nueve meses consecutivos-, y una larga lista de medidas que colman muchas de las aspiraciones expresada por la patronal CEOE, que tampoco oculta su satisfacción. Hay más: Como sugiere El País, la reforma abre la puerta a una rebaja general de los sueldos... O como explica La Vanguardia, "la empresa podrá ajustar horario y sueldos a la crisis", y flexibiliza las condiciones laborales por razones económicas o técnicas. Público abunda en estos efectos de la reforma: el empresairo podrá bajar de forma unilateral el sueldo de los empleados y éstos tienen que aceptarlo o dejar el trabajo con sólo 20 días de indemnización...

Todo ello lleva a pensar que la reacción inmediata de los sindicatos será una convocatoria de huelga general. Pero, ¿cuándo? Porque, una vez comprobado que esa reforma no les gusta., por considerarla radical, inútil", desequilibrada, y tras denunciar que estamos ante un claro recorte de derechos, la convocatoria de una huelga general no les convence... por el momento. Ya es sabido que en el calendario político próximo hay dos citas: El 25 de marzo se producirán las elecciones andaluzas y asturianas. Además, el Gobierno debe elaborar los presupuestos, también durante este próximo mes, y en esos grandes números, los sindicatos esperan, según sugirieron ayer Toxo y Méndez, un recorte mayor a los 16.000 millones ya ajustados. De ahí que calculan que responder ya con una huelga general supondría gastar su munición gruesa a la primera de cambio. Hay otros motivos que deberá tener el cuenta el mundo sindical, como su propia responsabilidad ante la difícil situación de la economía española. Y, si me apuran, una cierta prevención a que, en las presentes dificultades económicas, los trabajadores tiendan a desmovilizarse. Pocos quieren una huelga general que vendría a empeorar, si cabe, la situación económica española. Por todo ello, Méndez afirmaba que deben "acompasar" sus iniciativas de protesta "al estado de ánimo de la sociedad". Eso sí, de momento, UGT y CC OO han convocado para el próximo 19 de febrero, manifestaciones en toda España. Y lo volverán a hacer 10 días más tarde. Es lo que La Razón llama "la venganza de los sindicatos". Contra los sindicatos se manifiesta también La Gaceta: "Los parásitos se levantan contra los parados", dice en el pie de foto de Méndez y Toxo... Será "un proceso de movilización creciente". Toxo espera que en estas manifestaciones "las calles se conviertan en un clamor" contra la reforma laboral y obliguen al Gobierno a rectificar. Sin embargo, el caso griego invita a pensar que las reacciones populares pesan poco, o nada, en las autoridades que mandan en Europa: Los "Merkozy", el BCE, el FMI, los Mercados..., se enternecen poco por las penurias de la clase que sufre, en Grecia, en Portugal, en Italia o en España. Esta misma semana, empiezan a producirse reuniones entre sindicatos, empresarios y autónomos con la ministra de Empleo, Fátima Báñez. Méndez y Toxo reclamarán Báñez que abra un proceso de negociación. Será la primera vez que la ministra les informe de unos detalles que ya conocen por el BOE, algo de lo que ambos se quejaron ayer amargamente: debieron tener información previa, por mero protocolo y educación cívica. De momento, la ministra, como el portavoz Alonso, afirman que tienen "voluntad de diálogo y consenso", aunque la mayoría absoluta del PP no invita a pensar que vaya a acercarse a las posiciones sindicales o a las socialistas en el trámite parlamentario. Báñez proclama que "con esta reforma nadie pierde", pero eso está por ver, y se teme justamente lo contrario. Rosell y sus colegas de CEOE no caben de gozo. "La medida era imprescindible, porque la situación es dramática", dice el superpatrón.

¿Convencerá a los suyos de la necesidad de proceder a contratar masivamente? Tampoco el potencial socio al que pude ganarse el Gobierno, CiU está alejado de las posiciones del PP. El portavoz de los nacionalistas catalanes insiste en que la reforma va bien orientada y pide una regulación del derecho de huelga, un tabú para los sindicatos. De modo que ni UGT ni CC OO ni el PSOE o I tienen mucho margen. Y movimientos como el 15M, que ya el mismo viernes protagonizaron protestas, no añaden más capacidad de maniobra a la situación. La reforma llegó, y algunos no se resignan a asumirla, pero también eso requiere tiempo. Sólo tiempo y efectos concretos conocidos... Cada cual está tentando sus posibilidades y los inconvenientes que sus actuaciones pueden provocar.
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