Un debate irresponsable

     Tras la declaración ante el juez, hace poco más de una semana, de Iñaki Urdangarin, yerno del Rey Don Juan Carlos, por unos presuntos delitos cometidos en su actividad privada, algunos medios de comunicación, incluidas tertulias televisivas que pagan su tributo al "amarillismo", han querido mezclar el desenlace judicial del duque de Palma con el futuro de la Monarquía democrática... Escuchando esas opiniones, ese guirigay de demagogia barata..., se podría llegar a la absurda conclusión de que la Corona, como elemento medular de la España constitucional, depende de lo que hagan o dejen de hacer algunas personas vinculadas a la Familia Real.

    Estamos, queridos amigos, ante un asunto muy serio y que merece un exquisito respeto. A la muerte de Franco, que no lo dejó todo tan "atado y bien atado" como decían algunos nostálgicos, los españoles optamos por una forma de Estado, la Monarquía constitucional, de la que, casi cuarenta años después, podemos decir que ha sido una excelente fórmula para articular el Estado español, para encauzar la convivencia y para devenir en una Monarquía moderna, en la Monarquía de todos, y no en una apolillada corte medieval de "ordeno y mando".

    Suscitar debates innecesarios y cuestionar, en la España que atraviesa por una gravísima crisis económica y social, una institución ejemplar es una tarea vana, frívola e irresponsable. Y hacerlo partiendo de las supuestas actuaciones irregulares del esposo de una infanta de España es, además de un oportunismo veleidoso, una vileza. La Corona de España es la institución más respetada del país, y es objeto de la admiración del mundo entero. Don Juan Carlos cumple admirablemente su alta función, y si es cierto que "el Rey reina, pero no gobierna", también es innegable que el Rey sabe estar en todo momento a la altura de las circunstancias, tanto cuando frenó en seco la "intentona" golpista del 23-F como cuando, hace apenas dos días, telefoneó a la presidenta argentina, Cristina Fernández, para encauzar los intereses económicos de España en aquel país. De todo esto nos podría hablar con mucha precisión el reciente y actual jefe de la Casa de Su Majestad el Rey, Rafael Spottorno, la mano derecha del Monarca.

     Procede, en fin, un poco de cordura y de sensatez en la España que va cuesta arriba, y esa cordura y esa sensatez señalan que la unidad de todos en torno a la Corona es el mejor camino. El Rey dijo, en su discurso de Nochebuena, que la ley es igual para todos. No hay nada que añadir, más que el respeto y la responsabilidad, esquivando trampas demagógicas y negándonos a picar en el anzuelo de debates innecesarios que el pueblo rechaza por artificiales y por tramposos.