viernes 13 de abril de 2012, 12:45h
El pasado martes 10 de
abril fue una jornada dramática desde el punto de vista de la economía. La
presión sobre España se mantenía: la prima de riesgo escalaba hasta los
434 puntos básicos y la bolsa caía un 2,9% retrocediendo hasta los
niveles de marzo de 2009. Ese día Mariano Rajoy comparecía en el Senado. Tras el trámite de contestar las preguntas orales,
salió al pasillo y se dirigía a la salida en la Plaza de la Marina Española cuando una nube de periodistas le paró en
seco. Ante aquella muralla, lejos de improvisar una evasiva, no se le ocurrió mejor cosa que darse la vuelta y salir por el estacionamiento que da a una calle trasera. Algo insólito
que creó mayor inquietud. Nada
que ver con lo que había dicho el mes de enero: "Aquí hay un presidente que va a dar la cara y no se va a esconder".
Pero ese día, le ocurría
algo más. Recibía por la mañana a
la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza
Aguirre. Al salir, Doña Esperanza fue clarísima al proponer que se acabe con el Estado de las Autonomías tal como se conoce, vaciándolas de sus principales competencias
-sanidad, educación y justicia (el 80% de sus presupuestos
regionales). La presidenta madrileña planteó que "hay
que aprovechar la crisis para hacer las reformas más
profundas, porque los ciudadanos están dispuestos a aceptarlas", una idea
liberal que la escritora Naomi Klein define como la doctrina del shock.
Esperanza Aguirre, que ha
sido concejal, ministra de cultura y
presidenta del Senado, nos comentó a Zubia
y a mí, que de todas las experiencias políticas
que había tenido nada como ser presidenta de Madrid. Eso era poder. Eran los años de las vacas gordas, pero en cuanto han llegado las tristes
vacas flacas de lo que se trata es de soltar lastre, Si no hay un verdadero
sentimiento autonómico, gobernar la escasez es muy duro.
Hace un par de años escribí un libro titulado "Extraños en
Madrid". La presentación en la librería Blanquerna la hicieron
el entonces presidente del Congreso, José Bono y el portavoz de CIU, Josep A. Duran. El primero, con su experiencia de presidente de Castilla
la Mancha y ex ministro de Defensa dijo algo que venía a
corroborar nuestras sospechas. "El café para
todos -dijo Bono- fue una salida pero no una solución. Se
llegó a esa fórmula porque cuando acabó la dictadura el ejército no estaba dispuesto a que la
Constitución reconociera el derecho al autogobierno del País Vasco y de Catalunya.
"Para evitar una posible sublevación se les dijo a los militares que lo
mismo que se le iba a reconocer a vascos
y catalanes se reconocería también al
resto mediante la formación de distintas comunidades autónomas".
Dicho esto por un ex ministro de Defensa y ex presidente de Castilla la Mancha no deja de resumir lo que ha ocurrido estos treinta
y tres años. EI café para todos se convirtió en achicoria para todos, no se resolvió el
problema de encaje y de autogobierno de Euzkadi
y Catalunya
y se crearon quince problemas
artificiales que como grandes gargantúas ha
disparado el déficit a espacios siderales. Parlamentos,
televisiones, aeropuertos, estaciones de tren sin viajeros, cargos públicos... Y
encima, regiones convertidas en
nacionalidades cuando su identidad es claramente la española, y accediendo al máximo competencial por el articulo de las
nacionalidades. Pero la fiesta ha tocado su fin y Esperanza Aguirre no ha hecho
más que verbalizar lo que Bono explicó.
Ese mismo día Artur Mas en el parlamento catalán, conocedor
de las declaraciones de la Sra. Aguirre, pedía limitar la recentralización a las comunidades "artificiales". Pidió que Catalunya y el País Vasco quedaran al margen de lo pedido por la
presidenta madrileña. Al día
siguiente, en la prensa cavernaria madrileña,
este tema estaba encima de la mesa pidiendo se aplicase la doctrina del shock
para todos,
Antes que
Esperanza Aguirre, fue presidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina. Al parecer Castilla no quería a Madrid con ella y les dijeron
que fueran solos. Y montaron el arbolito. Mejor dicho, el madroño. "El invento
de la Comunidad de Madrid" es el capítulo de uno de sus libros. Al hablar de la
creación del himno cuenta cómo le encargaron al escritor García Calvo redactar
su letra y éste escribió una estrofa que decía así: "Mira Anacleto, las
vueltas que da el mundo para estarse quieto", o "Madrid, capital de la nada".
Con Tierno
Calvan limaron estos conceptos y Anacleto fue cambiado por sujeto y "la nada" desapareció sobre el cielo de la Villa.
Hablando de esto
con el ex alcalde de Madrid Juan Barranco, el ex munícipe madrileño
me dijo: "Tamames y yo éramos concejales del Ayuntamiento de Madrid y nos
enteramos que se iban a reunir en Toledo una serie de representantes
castellanos que comenzaban a reivindicar un estatuto para Castilla habida
cuenta de vuestras demandas. Por eso, en representación de Madrid, nos fuimos
a ese hotel de Toledo, pero no nos dejaron entrar. "Iros -nos dijeron
desde la puerta-. Si se mete Madrid en la demanda, Madrid se va a quedar con
todo, de forma que haced vuestro estatuto". Y no les dejaron entrar. Fue
entonces cuando los madrileños, presentaron su proyecto de estatuto y Leguina
le encargó al crítico de arte, Santiago Amón, que diseñara la bandera y
encargara un himno. Y así surgió la bandera madrileña, roja con estrellas
blancas, que parece la del Viet Kong y el himno al que hubo que quitarle la
famosa estrofa.
No me extraña pues que a Doña Esperanza le sobre la
Autonomía.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
5490 | Cuquiña - 16/04/2012 @ 09:55:28 (GMT+1)
No es verdad que la sra. Aguirre quiera acabar con las autonomías, y vd. lo sabe, quiere engañarnos, ha pedido que si es necesario tres competencias Sanidad, Justicia y Educación podrían volver al Estado. También se equivoca vd. con lo achicoria para todos. Vd. tienen un concierto vasco premia ser tan montaraces, un agravio comparativo al resto de España, y solo se lo reprochamos cuando vd. se atreve con la falsedad de la achicoria. Y en cuanto a la falta de respeto a la bandera de la comunidad de Madrid, vd. pondría el grito en el cielo si alguien se atreviera a comparar con algo parecido al Viet Kong, pero la realidad es la bandera del PNV, y no la del país vasco. Vds. han conseguido hacer de su comunidad un sitio invivible para varios cientos de miles de vascos, ese mérito les cabe, y con ese lastre encima se chulea.
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