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Cura de humildad futbolera

Cura de humildad futbolera

jueves 26 de abril de 2012, 09:18h
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Esta parte de la mítica canción 'Mack el Navaja' viene perfectamente a cuento para explicar el inesperado fiasco de los teóricamente dos mejores equipos del mundo, Barça/Madrid, Madrid/Barça - que, ya se sabe, tanto monta- en el torneo más importante del panorama planetario futbolero. Sin embargo, la tozuda realidad se ha impuesto sacando los colores a los pronósticos, sí, pero sobre todo al fútbol español, al que le ha servido de cura de humildad. Porque esos dos mejores a nivel virtual no lo son a nivel competitivo, a nivel de una 'Champions' que coronará a uno de los dos convidados de piedra, a uno de los dos 'parias' que iban a ser víctimas de los galácticos: Chelsea o Bayern.

Es cierto que los traviesillos hados de la diosa Fortuna se inclinaron claramente por los rivales de azulgranas -sobre todo con ellos- y blancos, es cierto. Pero no lo es menos que goles son amores y no buenas razones o buen juego. Como en el caso del Barça, abrumadoramente superior al rácano Chelsea menos en un detalle sin importancia: aprovechar las oportunidades para marcar. Como en el caso del Madrid, algo rácano también para limitarse a defender el 2-0 o no arriesgar con el 2-1 -Casillas dixit en una clara acusación a Mourinho con el que lleva muchos meses enfrentado-, pero desafortunado en la lotería de los penaltis, que le tocó a un Bayern muy entero. Y en otro guiño del destino, resulta que los sin duda dos mejores futbolistas planetarios, Messi/Ronaldo, Ronaldo/Messi, fallaron sus penas máximas colaborando muy activamente en los respectivos petardos de sus clubes.

Y es que no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo, y es que todo el pescado -léase pronósticos- no estaba vendido a priori. Y es que, por suerte para el deporte rey, no siempre gana el de mayor presupuesto, ya que si así fuera nadie o casi nadie iría a los estadios. No obstante, esta cura de humildad puede venirnos bien de cara a la casi inminente Eurocopa, en la que La Roja defiende un título que intenta renovar, algo que -no olvidemos- ninguna selección ha conseguido, ni siquiera las míticas de Alemania, Francia y Holanda cuando mandaban -como ahora España- y eran superiores al resto.

Tampoco hay que tirar la toalla: es indudable que el fútbol más atractivo de la orbe se practica en nuestro país, que todos los equipos de la Liga de Fútbol -incluso muchos de categorías inferiores- aplican un buen trato al balón, con criterio ofensivo y pocos patadones, atacando y buscando el gol -aunque a veces se atasquen- y a años luz de los cerrojazos 'made in Italia'. Es cierto que La Roja -y el Barça, claro- lo subliman y despiertan admiración. Por tanto no hay que cambiar, pues los aficionados estamos contentos y podemos presumir de ello. Simplemente es menester, justo y necesario, quizás nuestro deber e incluso salvación cuando llegan fracasos inesperados como ahora, ser más humilde y pensar que los rivales también juegan. Y el azar, que no se entrena.

Y ahora, una vez que ya no habrá doble final española en las competiciones continentales de 'Champions' y la antes llamada Copa de la UEFA, ahora pomposamente Liga Europa, nos queda esta última. En la cual sí es segura la presencia de un club patrio: el que se imponga en la semifinal entre Valencia y Atlético. Y ojalá también el otro finalista sea también español: el ejemplar Athletic que -al margen de orgullos nacionalistas- con sólo chavales de la cantera y sin inversiones millonarias en estrellas, es favorito -toquemos madera- ante el Sporting portugués, siempre y cuando esos traviesillos hados del destino no se pongan e contra de los leones.
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