Abuelos heróicos

   En estos malos días, el Gobierno, pretende  hacer llegar a los ciudadanos un mensaje que explique lo que está pasando en el desarrollo de la crisis, en las medidas traumáticas que hubo de adoptar, en una versión sincera, comprensible e ilusionante que nos exponga hacia dónde vamos, y cuándo vendrán tiempos mejores.... Pero la verdad es que el Gobierno está siguiendo la tradición de La Moncloa de fracasar en su política informativa, sencillamente porque....no le sale,... y no le sale , entre otras cosas, porque la realidad se lo pone imposible.

   Pero no hay que arrojar la toalla, y decisiones como la de penalizar a la empresas que despidan a personas mayores de 50 años es una buena medida para que no se trafique con la antigüedad o con la los derechos adquiridos a cambio de cubrir unos puestos de trabajo con personal más barato y con menos experiencia. ¿Les parecería bien, por ejemplo, que una empresa perfectamente saneada, aunque pretendiendo a toda costa unos mejores resultados, despidiese a un padre de familia que es aparejador, y lo sustituyese por su propio hijo,  también aparejador, pero que trabaja a menos de mitad de precio que su progenitor, y en Seguridad Social costará a la empresa una carta parte que su padre? Con esos trapicheos laborales quiere terminan el prematuramente desgastado Gobierno de Rajoy, obsesionado con cargarse las trampas públicas y evidentes de nuestro sistema laboral...   

   También los pilotos aéreos del SEPLA han desconvocado la larga huelga intermitente que tanto daño ha hecho a los intereses de los españoles, a los servicios públicos de comunicación, a la imagen turística, a la consideración de un país serio en el que la chapuza y el capricho hubiesen desaparecido. Se acabaron las huelgas de lunes y viernes, y la decisión gubernamental de un arbitraje ha puesto firmes a los pilotos que llegaron a tener a sus clientes españoles y extranjeros secuestrados en las salas de espera devenidas en campos de concentración...

   Queda una guerra muy dura por delante para que este país regrese a la normalidad de unos índices de paro soportables o de una actividad industrial adecuada a nuestra propia realidad. Pero, en este camino, es necesaria la contribución de todos, a veces tan heroica como la de esos cuatro de cada diez  jubilados españoles que ayudan económicamente a algún familiar... Abuelos convertidos en caja de resistencia para sus descendientes,  para los hijos azotados por la crisis, y sin viento ni alas para volar mientras no traigamos, entre todos, unos mejores tiempos...