Siempre se ha dicho que la
mujer del
César no solamente debe ser buena, sino parecerlo. Abordada la cita
clásica, quede claro que los dioses saben que nada más lejos que echar una
mácula sobre la figura de esa Real Señora que es la reina
Sofía. Pero el
termino femenino sí se puede aplicar a la Casa Real.
Según he leído en
DiarioCrítico, no habrá celebración de Bodas de Oro - que 50 años sí son mucho
- por el matrimonio de
Don Juan Carlos y doña Sofía aquel lejano 14 de mayo en
Grecia. Unos dice que la culpa la tienen los últimos escándalos, aunque tampoco
falta quien señala que la decisión se tomó antes del viaje para cazar elefantes
o del tiro en un pié del nieto de los reyes con una escopeta que le regaló su
padre.
(Por cierto, que hace meses,
se produjo un reportaje que contaba como el presidente del Consejo de Ministros
español tuvo que avisar al Rey, en una situación de crisis, de que volviera a
Madrid de una cacería de elefantes en África. El Rey era
Alfonso XIII. ¿Cosa de
genes?)
Lo que suena a chiste es la
razón dada por el portavoz de la Casa Real señalando que no se celebra el
aniversario porque es puente. Como ya no creo que nadie piense que todos lo
españoles somos tontos, no se me ocurre otra cosa que colocar ese calificativo
a quien se le ocurrió tan peregrino pretexto.
¿No será que, como pasa en
muchas fiestas navideñas, no está garantizada la asistencia de un mínimo de
miembros destacados de la familia real? Una familia que, en los últimos tiempos
- y no me refiero a los últimos problemas, aunque parece que han abierto un
veda cerrada hasta ahora- no se ha caracterizado por una unión más o menos indeleble
ni siquiera solamente ante la opinión publica.
Viajes frecuentes de la
reina, nocheviejas a kilómetros de distancia, indiscreciones en su entorno
sobre algunas vidas privadas, y un largo etcétera, por o hablar de los viajes
privados del Rey que no son de reciente actualidad sino viejos conocidos pero
en una España que, entonces, no disponía de unas redes sociales tan potentes.
Se comenta que las cosas no
van lo excelentemente que debieran entre los miembros de la familia real y que
Don Juan Carlos está muy descontrolado. Se ve que la Corona también cansa. Pero
si quedaba alguna duda sobre todo esto y más, el anuncio de la suspensión de
una celebración de esa envergadura no viene sino a confirmar que, por lo menos,
andan las aguas revueltas en el cauce de la Casa Real Española.
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