sábado 02 de junio de 2012, 10:21h
Los
batasunos andan preocupados porque el Gobierno de Rajoy no cede y la
opinión pública ahora solamente se interesa por los problemas
económicos. Por eso han dado orden de "agitar el proceso",
o lo que es lo mismo organizar todo tipo de actos públicos en favor
de sus presos, para transmitir que ETA hace gestos de acercamiento,
pero el Gobierno responde con inmovilismo. Con estas manifestaciones,
los proetarras pretenden además que sus aliados internacionales
vuelvan con sus presiones.
Se
equivocan y mucho. Precisamente de fuera de nuestras fronteras nos
llegan unos consejos claros y determinantes, para mantener la
vigilancia, y no hacer caso a este tipo de "agitaciones".
Para
el Departamento de Estado norteamericano, ETA continúa en activo, no
ha sido eliminada de la lista de organizaciones terroristas
internacionales, porque no es fiable su alto el fuego. De la misma
forma que se ha establecido, puede ser roto a voluntad, como ya ha
ocurrido en el pasado.
Por
su parte, el fiscal jefe de París, François
Molins, ha asegurado que,
detrás del cese de la actividad armada de ETA anunciado el pasado
mes de octubre, «la realidad» es que la banda terrorista «sigue
siendo peligrosa» y «conserva el conjunto de su potencial militar».
Hay
que atenerse a los hechos, y el más evidente es que todos los
etarras detenidos en territorio francés iban en vehículos robados,
con documentos falsificados, con armas y explosivos. Estas evidencias
hacen pensar que ETA aprovecha el tiempo de tregua para llevar a cabo
acciones de aprovisionamiento, de reagrupamiento y contactos. Por lo
tanto, no se puede hablar de que ETA haya dicho adiós al terrorismo.
Podemos
estar satisfechos del camino recorrido, pero todavía queda por
delante mucho trabajo por hacer, un trabajo que será coronado por el
éxito, gracias a la colaboración cada vez más estrecha entre los
gobiernos español y francés, sin olvidar, como no, el apoyo
logístico norteamericano.
Los
batasunos y el resto de la camarilla proetarra pueden "agitar el
proceso", como ellos dicen, pero no pueden cambiar la verdad. Y
la verdad es que no hay que bajar la guardia. Mientras no se
produzca una rendición incondicional, a los terroristas solo les
queda cargar con el peso de la ley.