Vegara enmienda a Zapatero
miércoles 17 de octubre de 2007, 17:06h
A estas alturas de curso los nervios están a flor de piel. El Gobierno, por encima de todos el presidente, ya no sabe cómo camuflar los problemas que van aflorando en la economía española. Ya no les basta con contradecirse a si mismos como es el caso del vicepresidente económico, Pedro Solbes. O, sencillamente, no les incomoda darle la vuelta a los datos y negar la evidencia. Ya hasta un secretario de Estado, el de Economía, sale diciendo lo contrario que el presidente.
Hace unos días, en un alarde más de irresponsabilidad, Zapatero le dijo a los españoles que todo va de maravilla; que a nosotros no nos afecta nada, ni la falta de liquidez, ni de confianza y que lo del sector inmobiliario, nada de nada. Es más les pidió a bancos y cajas que sigan dando hipotecas a la gente. Apenas veinticuatro horas después, David Vegara corregía a Zapatero y pedía prudencia a las entidades financieras en la concesión de dinero. Petición retórica puesto que ya hace semanas que bancos y cajas han extremado las condiciones y si nos descuidamos un poco y la crisis financiera se alarga, dejarán de suministrar dinero a empresas y familias y tendremos un problema para financiar el crecimiento de la economía.
No entiendo cómo es posible que desde el Gobierno salgan mensajes distintos, distantes y todos teñidos de despreocupación y de irrealidad. Ya no es que los organismos internacionales, de los que se puede reír el presidente, o servicios de estudios de prestigio o agencias de calificación o bancos extranjeros alerten a España de los problemas que sobre el crecimiento económico tiene la ya palpable caída del sector inmobiliario y del consumo, es que la crisis de crédito está ahí acechando. Es verdad que aún sus efectos negativos son difíciles de evaluar con precisión, pero minimizarlos, obviarlos, no conduce a nada.
El Gobierno tendría muy fácil lanzar el mensaje de que los problemas están ahí, que algunos incluso son importados y sobre los que, por tanto, se puede hacer poco y otra negarlos y no hacer nada para corregir la ten dencia negativa de los que se pueda. Claro que estamos ya en campaña y el Gobierno trata de retrasar las pésimas noticias. Pero, tomar a los ciudadanos por tontos cuando sus presupuestos familiares les están cada mes poniendo sobre la mesa mayores dificultades es una mentira con las patas muy cortas. El error de cálculo de Zapatero en la convocatoria de las elecciones ya es un hecho y tratar de retrasar los problemas no le dará más rédito. Más bien al contrario.