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Cuando la garantía se convierte en cruz

Cuando la garantía se convierte en cruz

jueves 05 de julio de 2012, 16:19h
Por mucho que se explique y se repita, el carácter de "imputado" es, quiérase o no, un baldón, una cruz que acompaña al personaje aún cuando, finalmente, se declarado inocente. En su currículum siempre se recordará que, en su momento, fue imputado. Esto es precisamente lo que le has ocurrido ya a los 33 miembros del Consejo de Administración de Bankia, una vez que el juez Andreu haya dado el visto bueno a la querella presentada por UpyD; es decir, por la exconsejera del Gobierno vasco y exdiputada socialista Rosa Díez.
   
De acuerdo con este querella los imputados lo son por cuatro delitos que, de acuerdo con el código penal, alguno de ellos podrían estar sancionados hasta con seis años cárcel y en la misma se incluye la petición de intervención judicial de la entidad. La próxima semana se procederá a la vista para decidir si se acepta o no la intervención judicial de la entidad. De producirse seria una autentica barbaridad. En plenas negociaciones con Europa para que el desastre de Bankia nos cueste lo menos posible, la intervención judicial sería un suicida despropósito.
   
No hay ciudadano en España que no quiera, que no exija, explicaciones sobre lo ocurrido. El resultado de semejante puzzle ha sido un agujero de más de 20.000 millones de euros. Es obvio que la explicación debe darse y es obvio también que la Justicia debe investigar todo aquello que esté a su alcance para depurar responsabilidades si las hubiera.
   
El PSOE pidió comisión de investigación pero el PP no se avino a la propuesta. Saben los populares que la petición esta llena de lógica, pero el Gobierno "tiene la obligación de preservar todo lo posible unas duras negociaciones. Una comisión de investigación nos hubiera llevado a las portadas de toda la prensa internacional y eso hubiera sido desastroso y es lo que el PSOE debe entender, y lo entiende pero". En medios populares se augura que habrá comisión de investigación "y algunos se van a enterar, pero si la quieren, la tendrán".
   
Ahora ha llegado UPyD y ha presentado una querella que como ocurre con el 99,9% de las que se presentan, ha sido aceptada. Lo llamativo es que la imputación ha sido inmediata y generalizada. Y la imputación es una garantía en la medida que el declarante va acompañado de abogado -no así el testigo- pero esto que es una garantía y que en absoluto predetermina culpabilidad alguna, al final -y al principio- se convierte en una especie de estigma.
   
La justicia debe ser justa y un elemento consustancial a la idea de la Justicia es causar el menor daño posible incluso al culpable mas culpable. No debe conllevar pena añadida a la señalada por la ley, pero la imputación -se quiera o no- es una pena por adelantado, de ahí que parezca mas razonable la posición del Fiscal, partidario de la investigación pero sin ocultar su criterio contrario a la imputación generalizada.
   
Lo sucedido en Bankia exige explicaciones y la búsqueda de responsabilidades, exige nuevos modelos de comportamiento y de gestión. El Gobierno fue el primero en darse cuenta; el primero en actuar; el Fiscal, por su parte, ya había comenzado la investigación pero ha sido UPyD quien parece haber descubierto la pólvora. También hay querellas del 15-M y de Manos Limpias, por eso no se entiende bien la inmediata rueda de prensa de Rosa Diez que como e lógico puso en valor la iniciativa de su partido pero que son encomendarse ni a Dios ni al diablo se felicitó porque se van a sentar en el banquillo. Si queremos -que lo queremos- que la Justicia actúe que lo haga y será la justicia y ningún dirigente político quien siente -o no- en el banquillo a la imputación más rápida y generalizada nunca antes vista. Mal empezamos.
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