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¿Se aguantará Rajoy?

¿Se aguantará Rajoy?

jueves 12 de julio de 2012, 19:55h
Que los gobiernos son elegidos por sus programas electorales debería ser cierto, pero es una falacia. Nadie se los lee y ni los propios partidos se los creen. Más allá de unas líneas maestras, son puro marketing. Ya Tierno Galván denunciaba que son "para no cumplirlos". Cinismo realista.

Cuando Zapatero quiso cumplir su más o menos improvisado programa las cosas fueron mal; y cuando cambió radicalmente para seguir el impuesto por la Unión Europea, las cosas fueron peor y las urnas lo echaron. ¿Le sucederá lo mismo a Rajoy? Seguramente, no.

A Rajoy, a quien tanto se le acusó de no revelar o de no tener programa, es evidente que no salió elegido por lo que decía o no decía en este. Tras el caos zapateril, fue elegido para que sacara al país del atolladero. Esto es, fundamentalmente, por lo que le votó una amplia mayoría absoluta, harta hasta las narices de la situación.

Por esto las críticas que, con razón, le acusan de no cumplir su programa e incluso de contradecirlo descaradamente, no parece que le vayan a hacer tanta mella como a su antecesor socialista. Y siendo muy  razonables  los argumentos de que, si gobierna con medidas distintas o claramente contrarias a las que predicaba, debería someterse al veredicto de nuevas elecciones, carecen de peso práctico suficiente, en las actuales circunstancias, para prosperar.

El único programa de Rajoy es ahora sacar el país del atolladero y evitar a toda costa la bancarrota. En el fondo, como decía, es por lo que la gente le eligió, no por ser más simpático o inteligente ni por lo escrito en su ambiguo programa electoral. Es por esto por lo que será juzgado al final de su mandato, o antes si no puede completarlo.

Está por ver si acertará o no, más allá de lo que digan desde Bruselas. Los que sufren los duros recortes y las subidas de impuestos, son los ciudadanos. Y son los que llenan las calles clamando otra política, distinta a la de los banqueros, y los que votan. 

El coraje que -con o sin programa, o al dictado de Europa- ahora pone Rajoy en dar la vuelta a la situación, no es garantía de que la gente esté dispuesta a aguantar mucho para ver resultados favorables, ni de que estos se produzcan inexorablemente. Lo peor es que no parece haber un camino muy distinto. Esto es lo que -guste o no- puede aguantar al presidente Rajoy en su dificilísimo empeño.
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