Kaká, nuevo juguete roto del despilfarro futbolístico

En plena crisis económica, con ciudadanos arruinados, países rescatados y bancos hundidos, tenemos que ver cosas tan grotescas como que el Real Madrid se quiere ya deshacer de Kaká, su otrora capricho veraniego. Y no es populismo ni demagogia: el club blanco es español, por tanto, de un país que lo está pasando mal, y en el verano de 2009, ya con la crisis empezada, hizo un despilfarro sin precedentes, gastando 65 millones de euros en Kaká y 92 en Cristiano Ronaldo. Más comisiones, claro, que eso nunca se dice. Súmenle ustedes el coste de la transferencia, el IVA, y al ficha millonaria de estos jugadores. El segundo de ellos, el delantero portugués, al menos ha sido rentable para el Madrid, y seguro que de forma indirecta, ha creado puestos de trabajo y riqueza o mayores beneficios para algunas empresas que explotan su imagen.

Pero... ¿qué ocurre con Kaká? Florentino Pérez tuvo el capricho de hacerse con el entonces 'mejor 10' del mundo. El brasileño acababa de ganar el Balón de Oro y era una estrella internacional que brillaba en el Milan italiano y su selección, la caranarinha. Costó esa burrada: 65 millones. Ahora es una molestia para el club y un estorbo para su entrenador, José Mourinho. No quieren que juegue ningún amistoso de pretemporada, le afean y apartan del equipo y espera el Madrid venderle al mejor postor. Comete dos errores pues: usar a un ser humano cuan gris mercancía y, por otra parte, cometer un grosero gesto de suficiencia económica. Feo, muy gesto feo...

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