Los Juegos Olímpicos, talón de Aquiles del gigante deportivo español

Es algo así como el punto o la expecpción 'horribilis'de la regla 'mirabilis'. El increíble estado del deporte español, un gigante en la cumbre mundial en tantas, tan importantes y mediáticas especialidades, sólo tiene un talón de Aquiles: los Juegos Olímpicos. En esta competición de competiciones, considerada el mayor espectáculo del mundo, en lo que respecta al deporte, claro, España cuenta poco. Por supuesto que no olvidamos el enorme avance que significó la 'explosión' de Barcelona'92, no la olvidamos. Desde entonces ya no somos unos parias olímpicos y hemos subido puestos en el escaalfón mundial. Sí, pero...

Pero, a diferencia de fútbol, baloncesto, fórmula 1, motociclismo, tenis, considerados individualmente y en su conjunto, en los que llevamos varios 'annus mirabilis' contemplando desde la cima a países de mayor fuerza económica, humana e histórica -incluso a grandes potencias planetarias en general como Francia, Reino Unido, Italia y Alemania, que nos miran con envidia, y nuestros vecinos galos los que más-, en los Juegos Olímpicos no pasamos de la mediocridad, de estar en mitad de la tabla. Concretamente en cuanto a número de medallas en el lugar 26º sumando el histórico desde que en 1896 se recuperó esta competición.

Con un añadido, que un buen número de estas preseas lo son en especialidades con escasa repercusión mediática y pocos profesionales, sin quitar méritos a sus deportistas, todo lo contrario. Por ejemplo, doma, esgrima, ciclismo en pista, piragüismo e incluso vela. Sin embargo, en los dos deportes considerados básicos, sobre todo a nivel individual, tenemos escasísimas hazañas -léase medallas- que contar y cantar. Pongamos que se habla escribe de atletismo -la auténtica base de los primeros Juegos celebrados en Olympia hace ¡2.800! años-, gimnasia y natación.

Después, a lo largo de varios siglos en la Antigüedad, y sobre todo desde 1896, se fueron incorporando otras especialidades según iban destacando por sí mismas o por la forma en que calaban en la gente. Pero, aunque a la hora de sumar todas las medallas valen lo mismo, no son idénticas en valor moral e incluso deportivo. No en vano las grandes potencias mundiales, en todos los aspectos, comandan de largo estas dos disciplinas: EEUU, Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido, con China en pleno ascenso cual corresponde a su liderazgo económico actual.

Por eso la delegación española oficial sólo aspira a repetir el número de medallas conquistadas precisamente en China, en los anteriores Juegos, que fueron 19, pero sólo tres de oro, lo que nos llevó a un modesto 19º lugar en el medallero general de 2008. Es decir que el COE y el CSD consideran imposible alcanzar la mágica cifra de 22 de la 'explosión' del 92, una cifra que luego fue bajando a 17, 11 y las 19 de Pekín. Máxime cuando la lesión de 'SuperNadal, medalla segura, y la del ciclista Samuel Sánchez , -que iba a defender su oro de 2008- muy posible, nos limitan bastante.

No podemos aspirar a más, si se repiten esas 19 preseas ya será un exito para nosotros pero que pintará muy poco a nivel mundial. Porque, además, es muy difícil, aunque no imposible, que caigan en nuestro esportón en atletismo y gimnasia, y, sí, imposible salvo improbable milagro en natación -al margen del waterpolo-. En cualquier caso, estos Juegos incidirán en nuestro talón de Aquiles deportivo, en esa medianía olímpica que somos planetariamente. A diferencia del nuevo año 'mirabilis' deportivo que será ya este 2012 con los títulos de la Eurocopa y Roland Garros asegurados y los que caigan en motociclismo, F-1 y Copa Davis, entre otros.

Necesitamos otra explosión en los Juegos, que mucho me temo que sólo llegará cuando los volvamos a organizar: ¿Madrid 2020?