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Ana pastor, con alevosía y agostidad

Ana pastor, con alevosía y agostidad

miércoles 08 de agosto de 2012, 12:09h
Julio Somoano tiene un buen currículo, al menos en apariencia -ya se sabe: mientes más que el cv de un español- porque en cuanto se rasca el barniz se ve que cargos sí ha tenido -sobre todo a partir del 2005 con el asalto ideológico a Telemadrid- pero resultados no, ni en audiencia, ni en reconocimientos de audiencia o compañeros.

Lo más triste es que hablamos de un joven de 34 años que vendió su profesionalidad en 2000 y fue premiado en 2005 tras redactar un trabajo de fin de máster titulado, lo juro, Estrategia de comunicación para el triunfo del Partido Popular en las próximas elecciones generales (pdf). Los pelotas lo llaman tesis doctoral, pero en realidad es un trabajo de fin de curso ni profundo ni erudito ni con una bibliografía de la que aprender algo.

Somoano llega a TVE para hacer el trabajo sucio que ya hiciera en Telemadrid y, de paso, quitar del camino del presidente Rajoy cuanta piedrecita haya. Es lástima: lo que menos necesita la profesión en estos tiempos de incertidumbre es quintacolumnistas. Más le valdría al vocero ser líctor romano, consejeros que acompañaban al César diciéndole en una salmodia infinita "recuerda que eres mortal".

Ser periodista es un honor. Y hay mucho de misión en este trabajo. Nadie pretende que la visión personal quede fuera de nuestras palabras, pero sí que la honestidad esté por encima de cualquier rencilla e ideología. Somoano puede tener su credo político, pero si medra en su trabajo por anteponerlo a su profesionalidad como informador pierde la credibilidad, se vuelve deletéreo para la sociedad a la que sirve y acaba por ser un propagandista de la peor calaña.

Desde aquel twit infame de un cargo relevante del PP que nos informaba que tan pronto como "ellos" llegaran al poder Ana Pastor saldría por la puerta grande del despido hacia el paro, no he dejado de pensar en ella. Es una periodista enrazada que pregunta a sus invitados lo que yo como ciudadano querría preguntarles y los he visto azorarse ante ella tanto a los de izquierda como a los de derecha y ser groseros, maleducados y hasta poco partidarios del servicio público que les compete ante las preguntas punzantes de Pastor. 

He visto casi perder la calma a Esperanza Aguirre y he notado la mueca de desprecio de Mahmud Ahmadineyad cuando la periodista le preguntó por los derechos de la mujer en su república islámica. He visto sudar a Arturo Fernández, esa especie de rompehuesos de la patronal, y a Alfredo Pérez Rubalcaba dar largas cambiadas a las preguntas de Pastor e incluso decir que le hacía preguntas tendenciosas.

Un año mayor que Somoano y una eternidad de diferencia en talento y profesionalidad, acaso sea por eso que la antigüedad es un rango. Cuando Pastor sustituyó a Pepa Bueno en Los Desayunos yo no tenía muy claro que fuera capaz de tanta altura y, mejorando lo pasado, Ana Pastor no defraudó a casi nadie como bien han demostrado los índices de audiencia del programa.

No me preocupa el futuro de Pastor -estoy seguro de que no le faltarán ofertas de enjundia profesional en esta España aciaga que estamos viviendo-, pero sí me preocupa el presente de una profesión cada vez más depauperada, casi tan mal vista por nuestros compatriotas como la de político y es por culpa de los necios que en el panorama informativo han sido y, lamentablemente, son.

Ahora Somoano ha empezado la purga. No cuentan los costes, no cuenta la profesionalidad de los despachados, no cuenta la audiencia -todavía recuerdo la alevosía y agostidad con que echaron justamente los mismos perros con distinto collar a Julia Otero de Onda Cero siendo líder absoluta de la tarde con una diferencia de 200.000 oyentes sobre su seguidora más cercana, Gemma Nierga. Al memo que entonces tomó la decisión -y a sus jefes obviamente- no les importó perder el liderazgo de mercado, lo que demuestra su cortedad de miras empresarial y señala una de las razones por las que España está como está económicamente. Ahora, agosto 2012, Somoano está haciendo lo mismo en RTVE -Toni Garrido, Tom Kallene, id poniendo las pelambres a remojar- demostrando, una vez más, que si de algo no sabe la derecha, lamentablemente, es de gestión. 

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