Urkullu acusa a Llorente de deshonestidad

Que la segura marcha -ahora, en enero o al término de la recién iniciada campaña- de Fernando Llorente de 'su' Athletic es difícil de asimilar para la afición de los rojiblancos está fuera de duda. Y se entiende que no haya gustado nada a nadie, incluso algunas protestas al respecto. Pero nunca los insultos y descalificaciones, que por fortuna no han sido muchas, al margen del minoritario grupo de radicales que pusieron una pancarta en el entrenamiento llamándole pesetero y lanzándole -también a Javi Martínez, la otra estrella, prácticamente fichado por el Bayern-.

Pero de ahí a acusarle de no ser honesto media un abismo, máxime cuando el autor de estas declaraciones es un importante político, el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, que por su cargo tiene la obligación de no echar más leña al fuego, todo lo contrario a lo que ha hecho, aunque con la excusa de que hablaba como socio del Athletic. En concreto Urkullu ha afirmado en una entrevista radiofónica que el jugador debería ser "honesto y dar explicaciones". Porque, además, según el jefe 'peneuvista',  Llorente no ha sabido "estar a la altura de las circunstancias".

Con ese tipo de declaraciones contra un futbolista que se ha hartado a marcar y dar goles, sudando siempre la camiseta y siendo un ejemplo de deportividad dentro -nunca lo han expulsado- y fuera de los campos, se le echa la gente encima en su derecho profesional de mejorar y decidir su futuro aceptando alguna de las ofertas que le lleguen. O sea, lo contrario de lo que debería hacer un político, por mucho forofismo que guarde dentro.