'Rico gilipollas'

Lo confieso: los compañeros de 'Liberation', el periódico fundado nada menos que por Jean Paul Sartre hace cerca de cuarenta años, han logrado sorprenderme, que es lo que intentan casi en cada portada. Mi sorpresa ha sido más bien desagradable, porque 'Libe' ha ido demasiado lejos en sus intentos provocativos, al gritarle, desde su primera página, al magnate Bernard Arnault, que ha decidido emigrar a Bélgica tras el anuncio de Hollande de que subirá los impuestos a los más pudientes, "Lárgate, rico gilipollas".

Me parece bien, en pura teoría ética y de la equidad, la medida que prevé el presidente francés, por cierto secundada aquí, como mero postulado, porque aquí él no gobierna, por el también socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. Otra cosa es que Hollande pueda llevarla a cabo, porque Arnault no va a ser el único que emigre con sus millones y sus inversiones a países donde el sistema impositivo es más beneficioso para las rentas más elevadas, o donde no se plantea introducir la 'tasa Tobin', por ejemplo.

Pero no quiero entrar en esas disquisiciones económico-políticas (ya se sabe que la economía es, antes que eso, política, como decía, creo, Galbraith), sino en la portada de marras.  A mí me gustaría vivir en un país justo, donde, claro, haya gente que es más rica que otra -otras utopías ya sabemos a dónde nos llevan--, pero donde no existan clases que se empobrecen crecientemente, ni inmensas distancias entre unos y otros, ni impere, ahora que hablamos de Francia, el ultraliberal  'laissez faire, laissez passer' . Pero, sobre todo (y mira que me gusta el país vecino), donde no se quiera expulsar a los ricos, sean o no gilipollas.

Menos mal que uno no es rico, y, espero, tampoco gilipollas. Y, si continuamos por esta línea, otros decidirán que se larguen los negros del islote, y los mandarán al desierto mientras todos miramos hacia otro lado. Menos mal que uno tampoco es negro, ni islote. Y algún otro, a su vez, querrá silenciar a los disidentes, 'lárgate, disidente gilipollas'; afortunadamente, uno no es del todo disidente y aquí andamos, sobreviviendo con cara de póker. Luego vendrán a echar a los 'españoles' algunos manifestantes airados que no quieren serlo, pero eso a mí no me afecta, porque no vivo en estos territorios de los que querrían, tal vez, que me largase. Puede que entre todos estemos empujando a muchos de nuestros jóvenes para que se larguen con viento fresco a otros lugares. Pero, claro, yo no soy joven.

Sin embargo, en algún momento, como en el poema falsamente atribuido a Brecht, los que organizan el mundo como-a-ellos-les-parece-que-debe-ser, se trate de los de 'Libe' o de los de otros lados, encontrarán algún motivo para hacer que también me largue yo; ahora, diré, vienen a por mí. O a por usted.


- Lea el blog de Fernando Jáuregui: 'Cenáculos y mentideros'>>