Sin debate

Esta previa de las elecciones se da con un marcado desinterés de la población por la campaña de los candidatos, y, si a esto le sumamos que nos privaron una vez más de poder ver un debate entre los pretendientes a  presidente y así poder sacar conclusiones del mismo, el resultado es más que desalentador.

Como en la última elección a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires donde Mauricio Macri amparado en la ventaja que le llevaba a sus competidores no se prestó a esta posibilidad que nos brinda la democracia, esta vez es la candidata del oficialismo Cristina Fernández quien no aceptó la invitación a debatir con los otros candidatos –con el agregado que “su” vice Julio Cobos se había comprometido a debatir con los otros candidatos a vice, pero a último momento recibió un mensaje “de arriba” declinando su participación.

Estratégicamente no hay nada para discutir en cuanto a la decisión de no debatir sus proyectos, pero sin duda que esto no suma al juego que todos queremos para consolidar la democracia. Obviamente que no se pueda aprovechar este medio de expresión no va a tirar abajo un gobierno ni mucho menos, pero es una lástima que no se pueda llevar a cabo una acción que sumaría puntos a la casilla ética de cada uno de los candidatos.

En cuanto a lo estrictamente político, el más perjudicado parecería ser Roberto Lavagna, que es el candidato que mejor está explicando sus proyectos y cuenta con el aval de su gestión al frente del Ministerio de Economía.
Cristina, como ya dije, no quiere arriesgar-para colmo tampoco habla con la prensa- pero hubiese sido una buena oportunidad para explayarse sobre los aciertos del gobierno, y para comunicar sobre los errores de esta gestión -que obviamente también los tiene-aunque a ellos les cueste admitirlos.
Por el lado de Carrió, en estos últimos días pareció copiar la estrategia que tuvo Macri para ganar las elecciones porteñas, al bajar el tono de sus denuncias, que era su principal foco de atracción…, por lo que tampoco insistió la líder de la Coalición Cívica en la realización del debate; ni que hablar de Sobisch que tiene “en sus espaldas” el asesinato del docente Fuentealba en una manifestación en su provincia; lo mismo para López Murphy que estuvo a punto de sumarse a las filas de Carrió, prefirió quedarse con su “amigo” Macri (lo opuesto a Carrió), que, una vez que consiguió que el líder de Recrear “siguiera” con el PRO, le dio la espalda, dándole, más que un respaldo un empujón a sus ilusiones presidenciales.

Estos hechos corroboran lo lejos que estamos de naciones a las que queremos “parecernos”, demostrando que no somos capaces de juntar cinco o seis candidatos simplemente para debatir ideas y proyectos que nos lleven hacia un país mejor.