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Emanciparse

Emanciparse

martes 23 de octubre de 2012, 18:42h
Recuerdo una conferencia de RamonTriasFargas, en plena transición, en que se quejada de que los periodistas interpretaran sus palabras. Por "interpretar", este profesor liberal entendía que sus discursos no eran reproducidos íntegramente para que los no presentes conocieran el fondo y la forma de sus opiniones, sino que se resumían y titulaban según el criterio del periodista. Ningún colega se levantó y dejó en la estacada al presidente de CDC, sino que todos nos quedamos para "interpretar" su discurso.

Lo que le ocurrió a TriasFargas sucede diariamente en cualquier actividad que merezca un espacio en un medio informativo excepto que se trate de una retransmisión en directo por radio o televisión.

Cuando uno quiere dirigirse directamente a la audiencia, o bien elige el mensaje institucional o bien se deja preguntar en un programa. Ahí ya no hay más interpretación que la que pueda extraer el espectador, no hay cortapisas de por medio excepto la propia gracia del entrevistado para aprovechar la ocasión y la sagacidad del periodista para formular las cuestiones que interesan al ciudadano.

ArturMaseligió esta fórmula y estuvo este domingo en el "Salvados" de la Sexta, sin intérpretes, a calzón quitado. Con algún pasaje que le ayudará a ser más conocido e interpretado para bien o para mal fuera de Cataluña y con alguna que otra laguna en la que Jordi Évole renunció a repreguntar. De la larga y distendida charla extraigo dos perlas que seguramente no habían trascendido aún a los españoles. Una, que ya han repetido otros dirigentes de la coalición: el castellano forma parte del patrimonio de Cataluña y por tanto no sólo no desaparecería sino que sería lengua cooficial en una Cataluña independiente, como lo es también ahora. Dos, Artur Mas sigue evitando pronunciar la palabra "independencia" y ahora ha trenzado la imagen de la emancipación, como la del hijo ya crecidito que se va de casa.Los divorcios suelen generar tensión y ruptura, con partición de bienes, régimen de visitas o custodia compartida de los hijos. Un mal rollo. Lo contrario de la emancipación, en que por interés mutuo padres e hijos suelen concertar ir a comer un día a la semana, llevar la ropa a la lavadora de mamá, que además les prepara un pack de comiditas a punto de servir, etcétera. A Mas le gusta más esta segunda historia. 

Para que haya emancipación basta que uno lo quiera, pero el buen rollo demanda que los progenitores entiendan que el niño ya se ha hecho mayorcito y quiere volar solo. Aunque vuelva a casa un día a la semana. Por cierto, ¿había dejado las llaves de la casa paterna o continúa teniéndolas?
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